Envejecer es un proceso multifactorial y complejo, difícilmente evitables. Sin embargo, hay formas de prolongar la calidad de vida. Conozca en qué consisten.
Diversos son los cambios que experimenta una persona cuando pasa de una etapa a otra. Llegar a la tercera edad para algunos puede ser sinónimo de una mala calidad de vida, ya que en esta etapa suelen existir una mayor frecuencia de enfermedades crónicas y degenerativas, así como un deterioro en su condición psico- social, apareciendo por tanto una mayor dificultad a realizar las actividades que siempre había realizado con autonomía.
Sin embargo, si bien hay enfermedades que no se pueden evitar, sí es posible prevenir algunas y retrasar o minimizar el impacto en su funcionalidad, manteniendo la calidad de vida del adulto mayor con autonomía e independencia por más tiempo.
Prevenir y promocionar
Dentro de los problemas que más afectan al adulto mayor se encuentra la mala nutrición, caídas, demencias, problemas a la vista o audición, incontinencia urinaria, depresión y disminución de la movilidad. Malestares que se pueden evitar si sigue los siguientes consejos.
Las actividades preventivas y de promoción de un envejecimiento saludable, deben empezar idealmente antes de los 50 años y continuar durante la tercera edad, preocupándose en general de mantenerse activos física y mentalmente, evitando el estrés y «pasándolo bien».
– Es importante controlar los factores de riesgo cardiovascular, importante causa de alteraciones funcionales: Diabetes mellitus- hipertensión- aumento de colesterol- tabaquismo- sedentarismo- obesidad. Prevenga estas enfermedades alimentándose sanamente y realizando ejercicios. Si ya tiene estas enfermedades siga adecuadamente el tratamiento que le indiquen, de esta forma cuidará no solo su corazón, sino también su cerebro, riñón y vista.
– Factores de riesgo de cáncer: tabaquismo- exceso de alcohol- escasa ingesta de fibras, son algunos de los factores que deben comenzar a controlarse desde temprana edad.
– Prevenga la osteoporosis consumiendo abundante calcio, proteínas y realizando ejercicios. La masa ósea máxima se obtiene entre los 25 y los 35 años, por lo que la alimentación y el ejercicio en la infancia y adolescencia contribuirán a tener un hueso de mejor calidad después de los 65 años.
– Mantenerse activo (a) mentalmente leyendo y aprendiendo cosas nuevas ayudará a conservar su función mental en buenas condiciones.
– El buen ánimo y una actitud optimista le permitirá a mantenerse activo (a) y motivado(a) y a evitar la depresión.
– Es importante mantener buenas relaciones de apoyo y afecto en su grupo social y familiar.
– Mantenga controles periódicos con su médico, idealmente un geriatra.
La Dra. Gisela González, geriatra de Clínica Santa María asegura que “los ejercicios permiten reducir la atrofia muscular, mejorar el equilibrio y la capacidad funcional, disminuyen las caídas, elevaciones de azúcar, pérdida de masa ósea y mejora el estado de ánimo y alerta”.