Hace algo más de una década, decirle a una mujer que tenía un cáncer de mama ‘apellidado’ HER2 positivo, suponía darle un pronóstico de supervivencia que rondaba apenas los 20 meses. Hoy en día, gracias en los avances en el tratamiento, este agresivo cáncer de mama se ha convertido en uno de los de mejor pronóstico y nuevos resultados presentados este fin de semana en Madrid así lo ratifican.
Hoy en día, una mujer a quien se diagnostica un tumor mamario con esta característica concreta (que sus células malignas tengan la proteína HER2 en su superficie) y que no se ha extendido a otros órganos puede llegar a curarse en el 90% de los casos. «Por eso estoy convencido de que éste va a ser uno de los primeros cánceres que vamos a poder cronificar en poco tiempo», augura el doctor Javier Cortés, oncólogo del Instituto de Investigación Vall d’Hebrón de Barcelona y uno de los autores principales del llamado estudio ‘Cleopatra’.
Esta investigación, cuyos últimos resultados se presentaron este sábado en el Congreso que la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) celebra en España, es la última en arrojar buenas noticias para este grupo de mujeres -que representan alrededor del 20% de todos los cánceres de mama-.
Según sus resultados, cuando la paciente tiene ya metástasis en el momento del diagnóstico, añadir pertuzumab al tratamiento actual (quimioterapia y Herceptin) logra prolongar la supervivencia 16 meses más de lo se lograba hasta ahora sólo con Herceptin (trastuzumab). «Son los mejores datos de la historia en cáncer de mama metastásico», se felicita el doctor Cortés, que ha jugado un papel clave en el desarrollo de este medicamento.
Porque pertuzumab estuvo a punto de ir a la ‘basura’ de los medicamentos que no dan resultados inicialmente, hasta que un grupo de oncólogos españoles convenció a su fabricante (el laboratorio suizo Roche) para darle una segunda oportunidad. El problema, como explicaron los investigadores españoles el pasado mes de junio -coincidiendo con su autorización por parte del Ministerio de Sanidad- es que pertuzumab no funciona por sí solo, pero al combinarlo con Herceptin descubrieron que aportaba un beneficio adicional de un 35%.
Como recuerda otra de las autoras del estudio, la doctora Eva Ciruelos, hay que ser cautos con respecto a estos resultados, porque se refieren únicamente a un perfil de mujer muy concreto (que además de HER2 presente metástasis y no haya sido tratada previamente con Herceptin). Una idea en la que coincide su colega Laura García Estévez, coordinadora de la Unidad de Mama del Centro Integral Oncológico Clara Campal de Madrid. «Es cierto que los resultados son espectaculares, pero hay que tener en cuenta que las mujeres del estudio no habían recibido nunca antes Herceptin, porque en aquel momento el fármaco no estaba tan extendido como en la actualidad, por lo que es probable que en el escenario actual las diferencias de supervivencia no fuesen tan significativas».
Es decir, el escenario habitual con el que se van a encontrar los oncólogos no es el de una mujer que ‘debuta’ inicialmente con un cáncer de mama HER2 que ya tiene metástasis. Sino el de una mujer que, después de ser tratada varios meses con Herceptin, recae. Por eso, la doctora Estévez insiste en el mensaje de que hay que seguir personalizando el tratamiento para cada mujer. «Los resultados son espectaculares, pero pertuzumab no es la única opción, tenemos también otros fármacos con el mismo mecanismo de acción que Herceptin, medicamentos antihormonales… Esto no es café para todas».
Las autoridades de Europa y EEUU autorizaron pertuzumab (comercializado como Perjeta) en el año 2012; sin embargo, no ha sido hasta este año cuando el medicamento se ha incorporado también al paraguas de la financiación pública en España. Sin embargo, como reconocía en junio el presidente del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM), el doctor Miguel Martín, ya se puede aventurar que no todas las comunidades autónomas lo van a incorporar con la misma rapidez ni todas las españolas lo van a tener fácil para ser tratadas con el nuevo tratamiento.
La doctora Ciruelos, en cambio, se muestra un poco más optimista en este sentido. «El nuevo fármaco tiene una indicación clara para un número reducido de mujeres [unas 500-600 españolas, según cálculos de Geicam], por lo que a pesar de su precio, debería ser asumible para las arcas de los hospitales».
Y es que, sin duda, su elevado precio tiene mucho que ver con que los gerentes y consejeros no estén dispuestos a ‘rascarse el bolsillo’. Un oncólogo español, que combina la práctica en la sanidad pública y privada, señala a EL MUNDO que el nuevo medicamento tiene un coste mensual de unos 3.000-4.000 euros. Si una mujer debe estar recibiéndolo durante una media de 15-16 meses (según los resultados de este nuevos estudio, hasta que sufra una recaída), combinado con quimioterapia y Herceptin, el tratamiento total en este ‘año y pico’ puede ascender a unos 130.000 euros.
Tanto Cortés como García Estévez coinciden en que sin duda el cáncer de mama HER2 positivo es el tumor mamario que más ha evolucionado en la última década, pasando de ser uno de los más agresivos (especialmente cuando se diagnostica ya con metástasis) a ser «el mejor subtipo posible, con cuatro o cinco alternativas de tratamiento a disposición de estas mujeres». Sin embargo, como apunta García Estévez, sigue quedando el 80% de los casos, sobre los que la ciencia aún tiene muchos deberes que hacer.
Fuente: http://www.elmundo.es/