Te gusta tu trabajo y eres feliz en él, hasta que un día te ves transformada en este simpático y calvo gordito amarillo. ¿No entiendes lo que te pasa? Probablemente sufras de aquello a lo que psicólogos han llamado “Síndrome de Aversión al Trabajo”.
Todos lo hemos vivido en algún momento de la vida. Ya no queremos levantarnos por las mañanas, y nos angustia por las tardes el simple hecho de pensar en tener que regresar al día siguiente. La sensación de libertad que tienes cuando acaba la jornada es inmensa y no logras explicar lo que te ocurre.
Se trata del Síndrome Homero Simpson, o conocido profesionalmente por los psicólogos como “Síndrome de Aversión al Trabajo”. Este problema lo ha padecido al menos el 80 % de la población en algún minuto de su vida, sobre todo entre los profesionales.
Los primeros síntomas que aparecen, es algo muy parecido a un cansancio físico y mental. Comienzas a sentirte aburrida, desconforme con todo lo que vives, cansada de todo lo que te rodea, tu autoestima empieza a bajar, y ya no tienes interés alguno en lograr algún tipo de cambio, porque simplemente no quieres hacer nada.
Lo peor de esta situación, es que aunque te sientas deprimida, y detestas lo que estás viviendo, no quieres que quienes te rodean se den cuenta, ya no quieres que nadie te pregunte por tu trabajo, pero si lo hacen, haces como si todo estuviera perfecto, y te prohíbes a ti misma buscar ayuda.
¿Quieres saber si eres víctima de este síndrome? Expertos en el tema definen algunos síntomas. Evalúa si es que es así, y toma cartas en el asunto.
Si padeces del síndrome de este calvo de ojos saltones: Sientes aquello que muchos llaman “depresión del día domingo”, y consiste en quedespués de almuerzo te empieza a invadir una terrible sensación de tristeza y melancolía, la que se agudiza al llegar la noche; Los lunes tienes un letargo y somnolencia extrema, y alegría inusitada los días viernes. De hecho, aunque te sientas decaída y cansada toda la semana, los viernes eres capaz de vivir intensas actividades sociales, y tu energía está al tope; Saturación y desencanto con las personas con las que trabajas, sintiendo que tu jefe pierde el tiempo, habla cosas inútiles y las conversaciones de pasillo son cada día más fomes; Tu escape son las redes sociales, es decir, intentas que la jornada laboral pase en forma más rápida y liviana contactándote y conversando durante el día con amistades o seres queridos a través de Facebook o whatsapp; Irritación y estrés. Incluso en tu casa te sientes cada día más irritable y de mal humor, a veces sin haber razón específica.
Estos son sólo algunos síntomas. Si los padeces, sabrás en forma inmediata que eres una «Homero».
La única cura a este mal, es cambiar la actuación de escenario, probar nuevos desafíos, cambiarte de lugar, o de lo contrario, comienza a pensar más en ti, detente un instante, tomate unas pequeñas vacaciones, escucha tu música favorita, visita amigos y date un espacio solo para ti, y lo que más te gusta hacer.