Generalmente, no generan síntomas, siendo detectados en algún control médico o en consultas por otra enfermedad.
Muchos padres al escuchar la frase “soplo al corazón” suelen angustiarse por la salud de sus hijos, sin embargo, el 60% de los niños a lo largo de su vida presentan esta condición, la cual en la mayoría de los casos no son de importancia, ya que no están asociados a alguna enfermedad.
El soplo es un sonido que se origina en el corazón o grandes vasos, debido a un flujo sanguíneo turbulento, el cual se genera por un aumento de la velocidad en que la viaja la sangre y produce una vibración que se transmite a través del tórax y que puede ser escuchado por medio del estetoscopio.
“Existe un grupo muy menor de soplos que tienen ciertas características que pueden orientar al médico sobre la manifestación de una enfermedad cardíaca –soplos orgánicos- siendo estos los que requieren mayor atención y estudio, por el mal que los produce”, explicó el cardiólogo infantil de la Clínica Ciudad del Mar, Dr. Ricardo Eltit.
Generalmente, el soplo no genera síntomas, siendo detectado en algún control médico o en consultas por otra enfermedad.
“Un grupo no menor de los niños con soplo no necesitarán mayor estudios que la evaluación pediátrica o de un cardiólogo infantil. Sin embrago, aquellos que tengan características que puedan alertar sobre la existencia de una enfermedad cardíaca, deberán revisarse con exámenes como radiografía de tórax, electrocardiograma y ecocardiograma”, precisó el Dr. Eltit.
Respecto al tratamiento para un soplo al corazón, solo si éste no está asociado a una enfermedad, se sugiere seguimiento pediátrico o cardiólogo infantil, ya que, según el especialista, “si está presente en un corazón sano, no corresponde a una enfermedad sino a una característica que no representa un riesgo para el menor”.
En tanto, si el soplo está asociado a una cardiopatía congénita o adquirida, el tratamiento será el de la cardiopatía, ya que el soplo es una manifestación de ésta y no una enfermedad en sí misma.