Es sabido que la inteligencia reside en la capacidad de saber cómo afrontar determinadas situaciones resolviéndolas de la mejor manera posible. Si bien nos apoyamos en experiencias pasadas para el desarrollo de las problemáticas presentadas, en el entorno laboral muchas veces nos surgen cuestiones que nos superan, es decir, que terminan yendo más allá de lo que nosotros podríamos haber imaginado.
Estas situaciones derivan en un estrés laboral que es importante saber aprender a canalizar para evitar malentendidos tanto internos como con los demás.
Estrés laboral y vida personal
Ante todo hay que saber diferenciar independientementede que seas una persona más emocional que racional o a la inversa. Para saber cómo manejar el estrés laboral, deberás poner en práctica una serie de consejos para que no haya dilemas entre lo personal y lo profesional.
- Aprender a reconocer en ti misma qué tipo de emoción tienes en el momento y observa cómo y cuánto esta te afecta. Seas como seas tendrás que aprender a separar tu «yo interno» de tu «yo profesional». Ante las situaciones así, no deberás reaccionar de la misma manera que reaccionarías en casa ya que, dependiendo del escenario puede que acabes no solo perjudicándote a ti misma sino además a los que te rodean, incluso a la propia empresa.
Ante una situación de estrés tu cuerpo por propia naturaleza está en estado de alerta ante el mundo, por tanto, sea como sea, deberás aprender a controlar. El ejercicio físico es muy recomendado para ello ya que te ayudará a tomarte las cosas con más calma.
- De tanto en tanto no viene mal sociabilizar. En las empresas la competencia entre los empleados esta cada vez más a la orden del día. Aún así, no olvides que todos somos seres humanos y sociables por naturaleza. Un café, un té o un refresco en el descanso para conocer con quien compartes las horas laborales, es un buen puente para darte cuenta de que problemas «tenemos todos» y de que «hablando la gente se entiende»
- Los trabajos de cara al público son los más exigentes pues en tus horas, no únicamente eres una persona con sueños, emociones y una vida propia, eres la cara visible de la empresa o negocio. Di adiós al mal humor y a la energía negativa y mírale lo positivo a los contextos que se te presentan. El cliente no tiene la culpa de que tú hayas tenido un mal día. El merece respeto así como tú mereces el tuyo.
Muchas veces nos quejamos por las situaciones de estrés laboral a la que estamos sometidos y por ello, no siempre vemos la mancha de igual manera un día u otro. Por ello, aprender a «saber ser profesional» es un aprendizaje que lleva su tiempo, pues la profesionalidad es la buena canalización de tu «yo real». Si además de ser tú misma, tienes una capacidad rápida de reacción ante cualquier incidente, interesarás mucho más a tu empresa y es de hecho uno de los ítems que más se valoran.
Eres una mujer fuerte guapa atractiva digan lo que digan eres única. No permitas que nada arrebate tu sonrisa, mujer.