Sólo en Latinoamérica, 670.000 personas mueren al año por enfermedades directamente relacionadas con el sedentarismo. Obesidad, diabetes y cáncer son algunas de las patologías relacionadas con la inactividad física. Experto estadounidense destaca que existen intervenciones exitosas a nivel latinoamericano, entre ellas los gimnasios públicos de Santiago, la iniciativa «Muévete en Bici» de Ciudad de México y las ciclovías en Bogotá, Colombia.
Cinco millones de personas mueren alrededor del mundo por inactividad física y, de hecho, el sedentarismo, en combinación con el tabaquismo, genera más muertes al año que la diabetes. Así lo afirmó el Dr. Michael Pratt, asesor principal de salud global en el Centro Nacional de Prevención de Enfermedades Crónicas y Promoción de la Salud de Estados Unidos, quien abrió la Serie Científica Latinoamericana que comenzó hoy en Buenos Aires y que continúa mañana con diversas exposiciones sobre actividad física, hábitos saludables e hidratación.
En una conferencia titulada “El rol de la actividad física en la salud y el bienestar”, el experto estadounidense, quien es además consejero de la Organización Mundial de la Salud, dio a conocer preocupantes cifras respecto del impacto del sedentarismo en la salud global y en particular en la pandemia de la obesidad: 122 países presentan alta densidad de población con sobrepeso y obesidad, mientras que un 80.3% de los adolescentes y un 31% de los adultos se encuentra en estado de inactividad física. En Chile, esta cifra es mucho más alta, puesto que según el Instituto Nacional del Deporte un 82,7% de las personas sin sedentarias.
“¿En verdad podemos referimos a la inactividad física como una pandemia? Yo considero que sí. Lo cierto es que la inactividad física genera problemas de salud como obesidad y diabetes que de no tratarse conducen a la muerte”, aseguró el también profesor adjunto en la Escuela Rollins de Salud Pública de la Universidad de Emory y de las Facultades de Medicina y de Gobierno de la Universidad de los Andes en Bogotá, Colombia.
El experto aseguró que se ha comprobado que si se reduce un 25% la inactividad física en el mundo, se podrían evitar 1.3 millones de muertes al año. De hecho, el médico destacó que entre un 6 y un 10% de las enfermedades crónicas no trasmisibles más serias son atribuibles al sedentarismo.
“Un 10% de los cáncer de mama y colon y un 9% de las muertes prematuras son atribuibles a la inactividad física”, destacó el consultor de la OMS. Asimismo, un 7% de las diabetes tipo 2 y un 6% de las enfermedades coronarias están directamente relacionadas con el sedentarismo.
Es por ello que el experto destacó el rol de las políticas públicas y sociales en la prevención de estas muertes producidas por la “pandemia” de la inactividad física. En ese sentido, Pratt destacó que, pese a no contar siempre con gran cantidad de recursos, existen intervenciones exitosas a nivel latinoamericano para combatir el sedentarismo, tales como los gimnasios públicos de Santiago de Chile, la iniciativa «Muévete en Bici» de Ciudad de México y las ciclovías en Bogotá, Colombia.
Pratt expresó que estas intervenciones tienen que considerar el contexto, pues la seguridad urbana es uno de los componentes más relevantes en la promoción de la actividad física. Sin embargo, asegura, la clave para el éxito es cambiar las normas sociales a edad temprana, desde la infancia.
“La cantidad, pero sobretodo la calidad de la actividad física es clave en su promoción, sobre todo en las escuelas de niños y adolescentes. Se debe elevar el nivel de la calidad de la educación física», finalizó.
¿Cuánta actividad física es recomendable para mantenerse saludable?
La recomendación de actividad física para adultos (de 18 a 80 años) es de 150 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada a la semana, idealmente por periodos de al menos 10 minutos consecutivos. En el caso de los niños, lo ideal es 60 minutos diarios de actividad física moderada a intensa al día.
Para cumplir con estas recomendaciones no es necesario pagar un gimnasio: se puede realizar actividad física en la casa, trabajo o escuela. “Bailar es un gran ejemplo de actividad física aeróbica”, destacó Pratt.
