Cada año la Organización Mundial de la Salud (OMS) plantea un tema para conmemorar el Día Mundial de la Salud, que se celebra el 7 de abril.
Este año 2022 el lema elegido para festejar este importante día es “Nuestro planeta, nuestra salud” con la que se pretende urgir a las personas, las comunidades, los gobiernos y las organizaciones de todo el mundo a tomar conciencia sobre estos temas.
De esta manera, la campaña de la OMS pone este año 2022 el acento en los aspectos ambientales que amenazan la salud pública (como el cambio climático, el saneamiento inadecuado, la contaminación del agua…) para generar una respuesta efectiva con el apoyo de sociedad y gobiernos.
Día Mundial de la Salud: Una mirada al planeta
“La salud de los hombres y del planeta deben ir de la mano para garantizar nuestro bienestar y sostenibilidad”.
Es la visión de Josep M. Antó, director de ISGlobal, quien aportó en la Cumbre del Cambio Climático, la COP 25, en el año 2019. Una mirada inteligente sobre la necesidad de conciliar los límites planetarios para crear armonía entre la salud de la tierra y de la raza humana.
Visión holística
Es un punto de vista, más holístico e integradora podría aplicarse en medicina, política, economía y sociedad para hacer frente al cambio climático.
Una intervención rápida en este sentido de integrar estos temas en un concepto de “salud planetaria”, que podría evitar eventos que nos conduzcan a un punto de no retorno cambiando súbitamente el curso de nuestra existencia.
La importancia de caminar hacia una salud planetaria
El profesor Andy Haines, miembro de la Alianza para la Salud Planetaria, es epidemiólogo, académico y profesor de la London School. Su investigación se basa en políticas con bajas emisiones de carbono.
Desde su perspectiva, “estamos sufriendo por algunos de nuestros límites planetarios como el Cambio Climático, y eso está afectando a la salud humana de no cuidar el planeta”.
Efectos
Se está perdiendo biodiversidad, lo cual influye en la extinción de un ecosistema que produce plantas medicinales.
El cambio climático influye en la disponibilidad de agua potable y las emisiones de CO2 que acidifican los océanos.
La desertificación impactará en la calidad y cantidad de agua que tendremos disponible.
Aumentarán las enfermedades infecciosas, trasmitidas por animales a humanos y por vectores como el Lyme, las relacionadas por el calor o los alérgenos.
También habrá migraciones forzadas, altercados civiles, impacto en la salud mental o empobrecimiento de las personas por falta de alimentos o de trabajo.
Unos 1.000 millones de personas van a estar expuestas a un calor tan extremo que les resultarán peligroso trabajar en los meses más cálidos.
Las olas de calor serán cada vez más intensas, más largas y más frecuentes.
¿Qué se debe hacer?
Ya con advertencias e informes del panel de científicos del Cambio Climático (IPCC) de la ONU y de Josep M. Antó, quien destaca que:
“Se tiene que incluir urgentemente la salud del planeta en la Agenda política y hacer que los sistemas sanitarios estén a la vanguardia del Cambio Climático, ya que no lo están”, señaló Antó quien supone que esto implica retos muy grandes.
Fomentar una dieta planetaria
Una dieta flexiteriana, con más verduras, frutas, nueces, granos, semillas reducirá los desperdicios a la mitad. A su vez, evitará la muerte de entre 10 y 11 millones de personas, unos por falta de alimentos y otros por excesos.
Tanto el informe GEO 6 de la ONU “Alimentación en el Antropoceno” de EAT-Lancet nos piden pasar a la acción para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el acuerdo de París.
El objetivo es que una dieta planetaria alimente una población mundial de 10.000 millones de personas para evitar muertes prematuras y otros problemas entorno al 2050.