¿Alguna vez has tocado sin darte cuenta a tu pareja en una zona que en principio no tendría por qué ser demasiado erótica y sin embargo se ha estremecido de placer?
Todo nuestro cuerpo está lleno de terminaciones nerviosas, por lo que cada zona es susceptible de sentir placer si se la estimula adecuadamente. Por ejemplo, la zona del cuello puede provocar unos estremecimientos profundos si se la roza con los labios y el punto intermedio entre el labio inferior y la barbilla puede hacernos despegar de gozo.
Intermedio entre el labio inferior y la barbilla. Esa pequeña zona curvada está llena de terminaciones nerviosas que pueden provocar un placer intenso. Al besar su labio inferior, rózala con la punta de la lengua. Se morirá de placer.
La nuez. La nuez es una zona estrictamente masculina que está conectada con los genitales. Haz que se tumbe boca arriba y rózasela con los labios, suavemente.
El hueso del tobillo. Justo debajo de este hueso se encuentra una zona de alto potencial de excitación. Durante la relación sexual, agárrale de los tobillos y ejerce una ligera presión en ese punto, al ritmo del acto.
Los pezones. Aunque en el caso de las mujeres el pecho es una zona obviamente erógena, en el caso de los hombres tiende a olvidarse. Si pasas tu lengua por sus pezones suavemente, aumentando el ritmo y la intensidad poco a poco le provocarás un gran placer.
El perineo. Situado justo detrás de los testículos y antes de llegar a la zona anal, el perineo es una zona que no todo el mundo conoce o presta atención y que sin embargo puede provocar un gran placer.
El pliegue entre los testículos. Presiona suavemente en el pliegue de los testículos, dónde se encuentran con el pene. Si bajas y subes lentamente tu mano hacia la parte inferior del escroto le llevarás al cielo.
La punta del pene. Es la parte del miembro que tiene más sensibilidad. Acércala a tus labios y rózalos suavemente con ella, sin llegar a nada más. Le excitarás muchísimo, además de darle placer.
El frenillo. Es la piel que une la punta del pene con el resto, que muchas veces pasa desapercibida. Si lo rozas con la lengua haciendo círculos lentos, le volverás loco de excitación Muslos internos. Que nos acaricien y besen los muslos internos, sin llegar a la vagina, es realmente excitante.
Lóbulo de la oreja. Quién pensaría que esa parte del cuerpo tan insignificante y aparentemente poco sexy, podría volvernos realmente locas de amor y placer. Tocar, besar o morder el lóbulo de la orejas hace que las mujeres nos llenemos de felicidad.
Palmas de la mano. Las manos no sólo son herramientas para complacer a la pareja, sino también son una herramienta de placer que potencia la estimulación. Las palmas de las manos de la mujer son un lugar inofensivo, ideal para centrarse un poco en ellas.
Detrás de las rodillas. El lugar impensado de nuestro cuerpo que los hombres rara vez tienen en cuenta o conocer a la hora de estimular a una mujer. Aunque no lo sepas, es una parte muy sensible, y una leve caricia en la parte posterior de la rodilla es un juego previo muy eficaz.
Clavícula. Hazle saber que debe prestar atención a esta parte del cuerpo mientras aún estás vestida, o que desabroche un poco tu blusa hasta llegar a esa parte.