Lograr un orgasmo vaginal no es fácil debido, entre muchas cosas, a que la posición de la vagina y del útero varían de una mujer a otra y por lo mismo no hay ciencia exacta para estimular el punto G.
La clave es tener espíritu aventurero y probar distintas posiciones para descubrir las que mejor se adapten a tu anatomía, a tu estado de ánimo y a la energía del momento junto a tu pareja. También es deseable cierto grado de flexibilidad en el cuerpo de ambos integrantes de la pareja para probar con diferentes profundidades y ángulos de penetración, y así realizar distintas variantes de una misma posición. Te puedes sorprender de las distintas sensaciones y grados de placer que puedes disfrutar al estar realizando estas variaciones.
Una de las posiciones más recomendadas es la posición donde la mujer se encuentra arriba del hombre. Prueba esta posición primero porque te permitirá controlar la profundidad y el ángulo de penetración. Puedes inclinarte hacia atrás sobre los muslos de tu compañero, apoyándote con tus brazos, si estás de frente a él. También puedes realizar esta posición dándole la espalda e inclinarte hacia su abdomen y pecho. Al inclinarte, varias el ángulo de penetración y lo diriges hacia la pared frontal de tu vagina que es donde se encuentra el punto G. Recuerda mantener la penetración superficial, es decir, a unos cinco centímetros de la entrada de tu vagina.
Otra posición recomendada para estimular el punto G, es la posición donde el hombre penetra a la mujer por detrás. Esta es la posición llamada “estilo perrito”. Tiene diversas variantes y todas ellas funcionan bien ya que permiten un ángulo que facilita el contacto con la pared anterior de la vagina. La mujer puede estar apoyada en sus manos y rodillas o puede estar completamente tendida sobre su abdomen con las piernas estiradas, mientras su pareja la penetra desde atrás. Debido a que en esta posición es el hombre quien tiene el mayor control de los movimientos, recuerda comunicarle a tu compañero qué movimientos y profundidad de penetración funcionan mejor para ti de manera que realmente disfrutes del intercambio.
También puedes utilizar la clásica postura del “misionero”, es decir, el hombre arriba de la mujer, para lograr hacer contacto con tu punto de placer. Para ello, haz la siguiente variante: coloca una almohada o cojín debajo de tus caderas y coloca tus pies sobre los hombros de tu compañero, o tus rodillas sobre su pecho. Cuando elevas tus piernas cambia el ángulo de penetración y por ello es mucho más fácil llegar hasta la zona anterior donde se localiza el punto G.
Durante la posición donde ambos están de lado, la mujer de espaldas al hombre, puedes disfrutar de un contacto con el punto G de una manera más dulce y romántica, ya que esta posición permite el contacto sosegado y el contacto a lo largo de todo el cuerpo entre la pareja. Es una posición que también facilita una penetración superficial, justo lo que necesitas para llegar hasta el punto G.
Como en toda experiencia sexual, la comunicación es importante, al igual que respetar las preferencias de la pareja, y en este sentido, al hombre le corresponderá ser sensible a las necesidades de su compañera, quien le indicará si está tocando y acariciando los puntos sensibles en su vagina. Recuerda también que la presión, y no tanto la fricción, es más efectiva al momento de estimular a la mujer vaginalmente.
¡Las posibilidades del ser humano son infinitas! No te límites y diviértete.