El color puede cambiarlo todo. O la falta de color, si prefieres. Todo el mundo sabe que tú misma puedes darle a tus paredes grises (del polvo y las marcas del tiempo) una ráfaga brillante de la profundidad con sólo tomar una lata de pintura y usarla. Ese es el poder de una mano de pintura, puedes reorganizar tu realidad. De hecho, por eso la pintura es el material usado más frecuentemente en los proyectos caseros de mejoramiento del hogar.
Recuerda que no necesariamente tienes que ser una profesional para aprender a pintar, aunque sí es un poco más complejo que sólo poner un poco de color en la pared. Aquí te contamos algunos trucos para que puedas mejorar las paredes de tu hogar, empezando desde cero.
- Comencemos por lijar y raspar las paredes de nuestro hogar
La mejor preparación comienza con el lijado, y a veces un poco de raspado. Lijando ayudarás a que la pintura se adhiera mejor a las paredes; raspando despegarás cualquier imperfección de la pared. También debes tomarte el tiempo para tapar cualquier hueco que pueda tener, además, puedes limpiar las paredes con agua y jabón antes de comenzar.
- No puede faltar una brocha angular
Generalmente, cuando se pinta, tendemos a cubrir con cinta de papel todos los bordes del cuarto para evitar equivocaciones. Pero eso puede traer en sus propios problemas, hay casos en que la pintura puede “sangrar” debajo de la cinta, también se puede descascarar la pintura al retirar la cinta. Es más eficaz utilizar brochas anguladas, que dibujan líneas rectas cuando se giran en el borde. Además, el uso apropiado de una brocha angulada te puede ahorrar horas de retoques.
Estas brochas también son útiles para las esquinas y techos a lo largo y alrededor de la tapicería, en donde los rodillos pueden marcar. Rellena unos centímetros con la brocha en estos puntos, luego tapa las líneas con el rodillo. Mantén un borde húmedo para evitar manchas oscuras.
5 Cosas que debes tomar en cuenta antes de comenzar a pintar
1. Cubre los pisos y la maquinaria/muebles
Después de quitar cuadros y fotos de la pared y mover los muebles lejos de las paredes, pon lonas (que son más absorbentes y menos resbaladizas que el plástico) sobre los muebles y en el suelo.
2. Lija todas las superficies
NOTA: Siempre lija y pinta el techo por completo (siguiendo estos mismos pasos) antes de empezar con las paredes. Utilizando una lijadora del poste, lija las paredes (asegúrate de usar una mascarilla para protegerte del polvo). Pasa la lija de un lado a otro. Cambia el papel cada vez que el grano de la lija se tape con polvo.
3. Rellena los vacíos y agujeros
Pon una tira fina de masilla en los espacios donde se unen las molduras a la pared. Moja tus dedos y alisa la masilla con una presión uniforme para empujarla en la grieta y dejar un borde liso. Utilizando una espátula, rellene los agujeros que pueda haber en las paredes. Después, lija el lujar que arreglaste para dejarlo liso, limpia nuevamente la pared.
4. Termina primero los bordes
Sumerge una brocha angosta en la pintura, asegúrate que la carga de la pintura sólo cubra un tercio de las cerdas. Usa pequeños golpecitos para eliminar el exceso de pintura. Utiliza la brocha para pintar bandas de 5 a 10 centímetros de pintura en todas las esquinas, contra el techo, y junto a las molduras, esto hará que el rodillo tenga espacio y no se golpee contra las zonas adyacentes.
5. Pinta una línea en la pared
Para empezar, haz una línea de pintura en la pared cerca, a dos centímetros de distancia del borde. Entonces gira el cepillo en las puntas, y haz presión ligeramente para que las cerdas más largas se junten en un punto. Usa este punto para dibujar una línea cuidadosa de pintura inmediatamente al borde donde la pared se encuentra con la moldura. Una vez que haya una línea bien definida, empareja las partes que no son iguales (pequeños agujeros o bultos), y sigue adelante. A fin de mantener un borde húmedo, no trates de pintar un área demasiado grande a la vez.
Si ya seguiste las instrucciones en todas las paredes, entonces sólo debes dejar que se seque y ¡estás lista!