Si te sientes cansada, estresada, con un enorme peso en la espalda, o simplemente quieres probar una terapia de relajación y limpieza del aura, la terapia de Reiki es para ti. Este método es conocido desde hace cientos de años; incluso se dice que Jesús sanaba a los enfermos a través de la transmisión de energía por imposición de las manos.
La palabra Reiki proviene de Japón, y significa “Energía Vital Universal”, de hecho, muchos científicos conocen esta terapia como “Bioenergía” o “Bioplasma”. La técnica estuvo oculta por mucho tiempo, hasta que Mikao Usui, un japonés, sacerdote cristiano y teólogo lo redescubrió. Usui estudió este método por más de diez años, hasta que por fin logró revelar la técnica del Reiki.
La terapia consiste en que el terapeuta o maestro, pone las manos en los diferentes chakras del paciente. ¿Por qué en los chakras?, porque son los centros energéticos de las personas, vórtices de energía rotatoria, ubicados en distintas partes del cuerpo y cada uno con una función diferente; sin embargo, están relacionados todos con el aspecto emocional, mental y espiritual de las personas. Por eso esta terapia se ha hecho tan popular en occidente.
Su poder es de tal magnitud que:
- Puede equilibrar a una persona con depresión.
- Ayuda a una persona con cáncer.
- Para el Reiki no hay una diferencia en las enfermedades, ya que todas son desequilibrios y bloqueos en el flujo de la energía.
- Lo que va a distinguir a una enfermedad de otra, es el lugar donde el sanador pondrá las manos y la duración.
- Por ejemplo, si tu problema es mental, como la depresión o angustia, el sanador se concentrará más en los chakras de tu cabeza, pero no dejará de lado el resto del cuerpo.
- Para que haya una curación efectiva se deben alinear todas las energías.
La sensación mientras ocurre la terapia puede variar dependiendo de la persona y de las dolencias que ésta sufra, sin embargo, lo común es sentir calor, hormigueo, cosquilleo, vértigo, alivio de dolores, e incluso muchos llegan a un nivel de relajo donde se dormirán profundamente. Otros sienten desahogo y pueden llegar a llorar. En muchos casos son esas las emociones que causan sus dolencias.
Cuando la terapia ha concluido, y de manera general dura una hora aproximadamente, dependiendo del bloqueo de tu energía, abrirás los ojos lentamente (si es que no te dormiste), y te sentirás más liviana. Va a depender de la confianza con tu terapeuta, en muchos casos, la efectividad de la terapia. Cuando lo (a) conoces, lo más probable es que tengan una pequeña charla, donde le contarás cómo te sentiste durante la terapia, e incluso los problemas que te llevaron a recurrir al Reiki.