Masticar alimentos es una acción cotidiana y necesaria para la digestión. Sin embargo, muchas personas experimentan la desafortunada situación de morderse la lengua o las zonas dentro de la boca durante la masticación.
Este problema puede ser incómodo e incluso doloroso, y a menudo nos preguntamos por qué ocurre.
¿Por qué ocurre?
- Falta de coordinación: Una de las principales causas de morderse la lengua o las zonas dentro de la boca mientras se mastica es la falta de coordinación entre los músculos de la mandíbula y la lengua. Cuando masticamos, los músculos de la mandíbula y de la lengua deben trabajar juntos para asegurar que los alimentos se muevan adecuadamente por la boca. Si hay una falta de sincronización entre estos músculos, podemos terminar mordiéndonos sin querer.
- Cambios en la forma de la boca: La forma de la boca, los dientes y los dientes desalineados también pueden contribuir a que nos mordamos la lengua o las zonas dentro de la boca. Si los dientes no están correctamente alineados, es más probable que mordamos accidentalmente los tejidos blandos de la boca, especialmente durante la masticación. Además, algunas personas tienen una mandíbula o una lengua que es más grande de lo normal, lo que aumenta el riesgo de morderse.
- Distracción o falta de atención: La distracción o la falta de atención también puede ser una causa común de morderse la lengua o las zonas dentro de la boca mientras se come. Cuando nos centramos en otras actividades o estamos emocionalmente distraídos, tendemos a no prestar suficiente atención a la forma en que masticamos los alimentos. Esto puede llevarnos a morder los tejidos blandos de la boca sin darnos cuenta.
- Hábito de morderse la lengua: En algunos casos, morderse la lengua o las zonas dentro de la boca puede ser un hábito adquirido. Algunas personas desarrollan el hábito de morderse la lengua como una forma de liberar tensión o ansiedad. En estos casos, el morderse la lengua puede convertirse en un comportamiento automático y difícil de romper.
¿Cómo prevenirlo?
- Mejorar la coordinación: Para prevenir el mordisqueo accidental de la lengua o las zonas dentro de la boca, es importante mejorar la coordinación entre los músculos de la mandíbula y la lengua. Esto se puede lograr a través de ejercicios de movilidad y fortalecimiento de la mandíbula y la lengua. Un logopeda o un fisioterapeuta pueden proporcionar ejercicios específicos para mejorar esta coordinación.
- Corregir problemas dentales: Si los dientes desalineados son la causa del problema, es recomendable buscar tratamiento dental para corregir la dentadura. Esto puede incluir el uso de aparatos ortopédicos o la alineación de los dientes mediante brackets. Consultar a un dentista puede ayudar a identificar el problema y encontrar la solución adecuada.
- Prestar atención consciente a la comida: Una forma efectiva de prevenir el problema es prestar atención consciente a la comida mientras se mastica. Evitar distracciones y enfocarse en el acto de comer permite una mayor conciencia de la forma en que se lleva a cabo la masticación. Tomarse el tiempo para masticar despacio y cuidadosamente puede reducir la posibilidad de morderse la lengua o las zonas dentro de la boca.
- Romper el hábito de morderse la lengua: Si morderse la lengua es un hábito adquirido, es importante buscar maneras de romper ese hábito. Se puede buscar ayuda de un profesional de la salud mental, como un psicólogo, para trabajar en la ansiedad o el estrés que puede estar relacionado con el hábito. Además, se pueden aplicar sustancias amargas o picantes en la lengua como una forma de cambiar la respuesta automática de morderse.
Conclusiones
Morderse la lengua o las zonas dentro de la boca mientras se mastica puede ser incómodo y doloroso. La falta de coordinación, los problemas dentales, la falta de atención y los hábitos adquiridos pueden ser las posibles causas de este problema.
Sin embargo, hay medidas que se pueden tomar para prevenirlo, como mejorar la coordinación muscular, corregir problemas dentales, prestar atención consciente a la comida y romper los hábitos negativos.
Si el problema persiste o causa un malestar considerable, es recomendable consultar a un profesional de la salud para una evaluación más completa y un tratamiento adecuado.