- Este 14 de noviembre se celebre el Día Mundial de la Diabetes, una enfermedad incurable, pero que con un adecuado cuidado puede mantenerse bajo control. Especialista en nutrición de la Universidad del Pacífico entrega algunas recomendaciones.
“La diabetes es una enfermedad crónica, sin embargo, puede controlarse y evitar su evolución nociva mediante una adecuada prescripción dietética, de actividad física y medicamentosa”, comenta Stefanie Chalmers, docente de Nutrición y Dietética de la Universidad del Pacífico
Pero, ¿qué tanto influye la alimentación en la incidencia de la aparición de la diabetes? “En términos simples, la diabetes se traduce en una limitación celular para utilizar la glucosa como fuente energética, evento en que la dieta es determinante, tanto en el desarrollo de la enfermedad como en su evolución”, señala la especialista.
Chalmers plantea que diferentes elementos nutritivos, calóricos y no calóricos, pueden condicionar la incapacidad celular para recibir la señal de la insulina, que es la hormona que permite el ingreso de glucosa en las células, o bien la incapacidad de las células del páncreas para liberar la insulina en cantidades normales.
Por otra parte, la dieta rica en carbohidratos, principalmente los refinados, simples o “dulces”, también pueden influir. “Ello porque puede determinar un deterioro de la homeostasis de la glucosa, al generar un sobreesfuerzo pancreático que determine una limitación a largo plazo en la capacidad de liberar insulina”, comenta la experta.
Sobre cuánto influye el exceso de azúcar, Stefanie Chalmers indica que no solo puede afectar la funcionalidad pancreática, sino que también es un gran determinante del consumo excesivo de calorías, cuya consecuencia es el sobrepeso y la inflamación sistémica asociada.
De acuerdo al factor peso, la experta en nutrición de la Universidad del Pacífico señala que debe ser un elemento a considerar incluso desde que la madre está embarazada. “La alimentación y el estado nutricional de la madres son determinantes en la salud, crecimiento y desarrollo del hijo por nacer. El tipo y cantidad de ácidos grasos que consume la madre, son los que almacena en su tejido adiposo y los que constituirán las membranas celulares del bebé en gestación, y los niveles de lípidos plasmáticos, junto con los niveles de todos los otros macro y micronutrientes, pueden modular el comportamiento metabólico del bebé, pudiendo influir en una mayor vulnerabilidad ambiental para el desarrollo de patologías que se evidencian a posterior”, advierte.
Claramente uno de los factores que incide es el sobrepeso. “El exceso de tejido adiposo genera una secreción constante de factores pro inflamatorios que alteran la capacidad celular de recibir la señal de insulina, favoreciendo la resistencia a la insulina y la diabetes. El mismo efecto tiene el exceso de ácidos grasos circulantes en sangre, por lo que la dieta hipercalórica o hipergrasa puede favorecer el fenómeno”, agrega.
La nutricionista también destaca la importancia de que exista una correcta alimentación desde la primera infancia. “Respecto a la diabetes, se debe considerar que los organismos de los bebés y los niños tienen las mismas funciones y vulnerabilidades fisiológicas, por lo que el control nutricional del niño que está en desarrollo se constituye como una base que luego sustentará sus respuestas metabólicas a futuro, y su descuido es un clave favorecedor de riesgo en su salud a corto, mediano y largo plazo. Vigilar la alimentación del bebé y seguir los consejos de su nutricionista en cuanto a tipo de alimentos, cantidades, horarios, etc., es clave para evitar, retardar o disminuir la severidad de cualquier patología que pudiera estar predeterminada o favorecida por el componente genético”, aclara.
¿Y es posible prevenir la diabetes a través del consumo de ciertos alimentos? “No se trata de consumir algún alimento que prevenga la diabetes, se trata de mantener una alimentación organizada y saludable para prevenir la diabetes”, enfatiza la especialista.
Es así como las mismas recomendaciones conocidas para evitar el aumento de la obesidad y minimizar el riesgo cardiovascular, son las que deben aplicarse para la prevención de la diabetes. “Las desregulaciones mencionadas tienen una base patológica coincidente. En resumen, una dieta rica en frutas y verduras (antioxidantes y fibra), reducida en grasas saturadas y trans, con aporte de ácidos grasos de origen marino y oliva, con ingesta de cereales integrales y baja en azúcares simples, con una cuota proteica y calórica acorde a la edad, género y gasto energético, son la base”, asegura.
Alimentos recomendados
Para quienes ya sufren de diabetes, la docente de Nutrición y Dietética de la Universidad del Pacífico señala que existen algunos alimentos que ayudan a paliar los efectos de esta enfermedad. “Entre los más destacados están los alimentos ricos en antioxidantes y ácidos grasos de tipo omega 3, así como aquellos que sean buena fuente de nutrientes, usualmente escasos en la dieta occidental, como potasio, magnesio, calcio, cobre y fibra. De esta forma los berries, kiwis, cereales integrales y el pescado, son destacables”, indica.
De acuerdo a numerosas publicaciones que tienen distintos niveles de evidencia, la experta menciona además como apoyo a la dieta alimentos como la cúrcuma, la canela y el jengibre, que pueden usarse sin problemas porque no presentan riesgos generales para la salud.