Medicamentos que no debes mezclar con alcohol

Sabido es que cuando tomamos ciertos remedios, no es posible consumir bebidas alcohólicas, porque , o anulan su efectividad, o  puede ser peligroso para tu salud. Además, el estado de ebriedad puede hacer que olvidemos la dosis adecuada, o bien, que no recordemos si lo tomamos, exponiéndonos a una sobredosis.

Al respecto, profesionales de la salud entregan el nombre de 5 fármacos que jamás deberíamos mezclar con alcohol.

Benzodiacepinas

Los expertos señalan que el peligro es que tanto el alcohol, como las benzodiacepinas, trabajan como depresores del sistema nervioso central, y aumentan la sedación, lo que puede provocar mareos, confusión, problemas de memoria, irritabilidad, agresividad, pérdida del conocimiento, coma, e incluso la muerte.

Las benzodiazepinas actúan sobre el sistema nervioso central, con efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, anticonvulsivos, amnésicos y miorelajantes. Por ello, se usan las benzodiazepinas en medicina para la terapia de la ansiedad, insomnio y otros estados como la epilepsia, abstinencia alcohólica t espasmos musculares. También se usan en ciertos procedimientos invasivos como la endoscopía o tratamientos dentales, cuando el paciente presenta ansiedad, o para inducir sedación.

La denominación de estos compuestos, suele caracterizarse por la terminación –lam o –lan (triazolam, oxazolam, estazolam, midazolam) y por la terminación pam y pan (diazepam, lorazepam, lormetazepam, bentazepam, flurazepam, flunitrazepam, clonazepam). No obstante, hay excepciones como el clorazepato dipotásico (Tranxilium), o el clordiazepóxido (Librium).

Analgésicos opioides

Algunas veces sucede que una persona toma un analgésico opiáceo para calmar el dolor provocado por un accidente, o lesión, y decide complementarlo con alcohol para sentir más “alivio”. Lo que no saben, es que combinar estos fármacos con alcohol incrementa los efectos sedantes de ambas sustancias, aumentando el riesgo de depresión respiratoria y sobredosis.

Los opioides se dividen en potentes y débiles, como por ejemplo: codeína y tramadol (Opioides débiles), morfina, fentanyl, meperidina, oxicodona, metadona y buprenorfina (Opioides potentes).

 Antidepresivos

Mezclar alcohol y antidepresivos puede provocar dificultad para pensar, presión arterial peligrosamente alta, intensificación de los síntomas de depresión, e incluso, la muerte. También se pueden producir mareos, convulsiones, confusión y coma.

Estimulantes desde Ritalín a drogas ilícitas

Los estimulantes como Ritalin, Adderall, metanfetaminas, y cocaína, enmascaran los efectos del alcohol, pudiendo hacer que las personas beban más de la cuenta. Esto, a su vez, puede conducir a un aumento de la presión sanguínea, y sobredosis.

Paracetamol

Muchas personas cometen el error de ingerir paracetamol para contrarrestar los efectos adversos del alcohol, como el dolor de cabeza y la resaca. Sin embargo, consumir paracetamol y alcohol aumenta la actividad enzimática del hígado, pudiendo llegar a dañar considerablemente este órgano.

 

 

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