Los principales enemigos del corazón

Muchas veces no le prestamos la atención necesaria, pero siempre está trabajando por nosotros. Sólo cuando falla nos acordamos de él y entonces pasa a ser el protagonista. Es el corazón, ese músculo que algunos relacionan con el amor, pero que está más ligado al bombeo de la sangre.

¿Cómo podemos cuidarlo? Primero, identificando sus enemigos. La hipertensión arterial, el colesterol elevado, el tabaco, la diabetes, la obesidad y el sedentarismo son los principales.

La hipertensión se puede producir por distintos componentes que combinados pueden producir un alza de la presión arterial. Existen factores hereditarios, ambientales, dietéticos, entre muchos otros. Además, el riesgo de ser hipertenso es mayor en los hombres que en las mujeres y en personas con antecedentes familiares de hipertensión, personas mayores, obesos y entre quienes consumen más sal y sufren de estrés.

Para el Doctor Raimundo Morris, cardiólogo de la Clínica Avansalud, la hipertensión es un problema mundial, pues es una enfermedad que se masifica día a día y que se está convirtiendo en una epidemia. La principal razón tiene que ver con la ingesta de alimentos con alto contenido de cloruro de sodio o sal, que existe actualmente en todos los alimentos fabricados. “Hoy todo tiene sal, el pan, los tallarines, las galletas dulces o saladas, y la gente ya está acostumbrada a su consumo”, señala el médico.

El especialista afirma que para aquellos que quieren prevenir la enfermedad es fundamental comer sano, se recomienda consumir frutas y verduras, pues además de todos los beneficios que tienen, son alimentos con cantidades de cloruro de sodio muy bajas.

En el caso del colesterol alto, éste puede deberse a su consumo o producción excesiva en el organismo. Esto es muy significativo en personas con obesidad, tendencias genéticas o hereditarias a problemas cardíacos, o sedentarias, lo que contribuye a aumentar el colesterol.

Debido a esto es que el tipo de grasa que consumimos es esencial cuando hablamos de salud cardiovascular. Las del tipo saturadas, o malas, se encuentran principalmente en alimentos derivados de animales, y tienden a ser sólidas a la temperatura ambiente. Un ejemplo es la grasa blanca de las carnes rojas, los huevos, la leche entera o los aceites «hidrogenados».

En el caso del tabaquismo, por cada diez cigarrillos diarios que se fuman la mortalidad por enfermedad cardiovascular aumenta un 18% en los hombres y un 31% en las mujeres. En los hombres fumadores el infarto agudo del miocardio puede aparecer en promedio una década antes en relación con los no fumadores y si el consumo es mayor a veinte cigarrillos por día, puede anticiparse aproximadamente veinte años. Las mujeres no fumadoras desarrollan un primer evento coronario casi diez años después que los hombres; en cambio, las fumadoras pueden desarrollar un infarto agudo del miocardio a edades similares que los varones.

La diabetes tipo 2 también ha sido situada últimamente entre los principales causantes de cardiopatías, triplicando los riesgos de sufrir un fallo cardíaco, debido a que los niveles elevados de azúcar afecta las arterias causando diversos problemas en el músculo cardíaco.

En el caso de la obesidad y el sedentarismo, es fundamental el control de la dieta para bajar de peso y a la vez para disminuir los niveles de colesterol, triglicéridos, glucosa y los valores de presión arterial.

Mientras que el sedentarismo incrementa el riesgo de padecer un infarto de miocardio. Algunos estudios establecen que una vez que se decide a realizar actividad física, reduce el riesgo de infarto al miocardio entre un 11 y un 22%. El ejercicio debe realizarse de forma regular, es decir, 3 veces por semana y al menos 30 o 60 minutos por sesión y sin interrupciones. “Su intensidad debe ser moderada y tolerable por la persona, pero siempre generando un esfuerzo físico”, explica Macarena Scaff, kinesióloga de Clínica Avansalud.

Las armas para defender al corazón las tenemos. Lo importante es tomar la decisión y dejar a un lado a los enemigos y optar por una vida más sana.

 

 

 

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