El desayuno es una de las más importantes comidas que tenemos durante el día. De ésta obtendremos los nutrientes y vitaminas que necesitamos para comenzar la jornada, considerándose , incluso, que del tipo de desayuno que una persona realice, dependerá el tipo de día que tenga, sus sensaciones y rendimiento. Tal como un auto que necesita bencina para partir, el desayuno resulta ser nuestra primera fuente de energía para movernos. Pensarás que estoy loca “¿por qué, si no me da hambre?”, pero pasa que esta comida va más allá del simple acto de mascar o beber algo.
Así es, y es que el desayuno nos ayuda a evitar el mal humor de la mañana, a concentrarnos, además de generar un alto rendimiento intelectual y físico.
Pero tampoco basta con echarse algo a la boca a la carrera. Lo ideal es que incluya siempre hidratos de carbono como pan o galletas, acompañadas de mermelada o algún dulce sin muchas calorías, y una ración de Leche. Importante también es el consumo de cereales y fruta, la que si no te agrada mucho, puedes hacerla en jugo. ¿Has intentado mezclar la fruta con la leche, o con un yogurt, en la juguera? Es una maravillosa forma de consumirla casi sin darte cuenta.
Una explicación más científica, nos dice que cuando dormimos el metabolismo realiza funciones vitales: libera hormonas, regenera tejidos, etc. Todas estas funciones metabólicas implican un gasto energético. Estas calorías que se usan durante la noche no se reponen ya que son horas donde no se come.
Nuestro organismo es tan inteligente, que al saltarnos el desayuno, el metabolismo alerta nuestros mecanismos naturales, porque supone que hay hambruna y eso lo somete a estrés. Al estar estresado, libera sustancias que lo hacen más lento, lo ayudan a almacenar calorías (en forma de grasa) y a obtener energía de sustancias de las que no debería (la masa muscular). Entonces, en lugar de sentirnos bien, hay mal humor, dolor de cabeza, cansancio, sueño, estreñimiento, desnutrición, entre otras consecuencias.
De forma simple, si no comemos, nuestro cuerpo entra en un modo de autodefensa, creyendo que debe guardar reservas para más adelante, y de esa manera seguir viviendo.
¿No entiendes por qué no logras bajar de peso? Esa es la explicación. Por salud y vanidad, es mejor que optes por desayunar.