La creencia de que la cebolla cortada y dejada al aire libre se vuelve tóxica se encuentra entre los “mitos comunes” relacionados con los vegetales, según la Asociación Nacional Americana de la Cebolla (o NOA, por sus siglas en inglés), una organización que agrupa a productores, transportistas y representantes comerciales del ramo en Estados Unidos.
La química de alimentos Anne Marie Desbiens también plantea que el supuesto peligro de las cebollas cortadas y no refrigeradas es un “mito”.
Desbiens afirma que el origen de la desinformación proviene del blog de cocina de Sarah McCann, conocida bajo el pseudónimo de “Zola Gorgon”.
“Su artículo generó polémica al ser recogido en las redes sociales y luego lo quitó. Pero la leyenda urbana sea quedado”, refirió.
Sin argumentación científica
No hay estudios científicos que respalden las afirmaciones antes expuestas. “Hasta donde sabemos, ninguna evidencia nos permite afirmar que (dejar una cebolla cortada sin refrigeración para cocinarla al día siguiente es peligroso), asegura un portavoz de la Asociación Interprofesional de frutas y hortalizas frescas (Interfel) de Francia.
Por su parte, Xavier Coumoul, profesor de bioquímica y toxicología en la Universidad de París y director de un área del Instituto Nacional de Investigación en Salud y Medicina de Francia (Inserm), no tiene “conocimientos de casos clínicos que establecieran toxicidad, ni de toxicidad de la especie” y no ha “escuchado de estos casos tampoco en la Sociedad Francesa de Nutrición, por lo que “es muy improbable”.
Bacterias en la cebolla
Las publicaciones también afirman que las cebollas “son como una esponja que absorben las bacterias” y por ello alerta sobre el consumo de estas en “hotdog”, “tacos”, “hamburguesas” y “en general de toda la comida que compramos y lleva horas a la intemperie”.
Sin embargo, “cuando se manipulan correctamente, las cebollas cortadas no son tóxicas. Se pueden almacenar en el refrigerador en un recipiente hermético hasta por siete días”, detalla la web de la NOA. “El jugo de la cebolla es antimicrobiano, lo que significa que combate bacterias en lugar de atraerlas”, concluye.
“El crecimiento de ciertas bacterias patógenas es posible si no se respeta la temperatura de refrigeración, pero esto no es específico de las cebollas”, precisó la ANSES e insistió en la necesidad de respetar las normas sanitarias a la hora de cocinar todo tipo de alimentos.
Sin evidencias de patógenos
Desbiens observó que publicaciones compartidas en redes sociales no mencionan qué patógeno haría que las cebollas cortadas fueran “tóxicas”.
Ser vago e impreciso al proponer una explicación supuestamente científica es, según ella, “común a muchos fake news” relacionadas con el campo de la salud que circulan en internet.
Infecciones estomacales
La cebolla “no tiene ninguna contraindicación” si se consume “en cantidades moderadas y en el contexto de una dieta equilibrada”, señala la profesora en nutrición de la Universidad Complutense de Madrid, Ángeles Carbajal.
“Algunas personas pueden rechazar este alimento por el sabor y olor o por problemas de flatulencia o malestar gastrointestinal, pero no podemos generalizar pues estos efectos dependen de muchos factores individuales”, agregó.
Carbajal concluyó que los trastornos digestivos “pueden tener muchas causas, desde estrés hasta otras como la mala alimentación”.
Beneficios de su consumo
Zenia Toribio, integrante de la comisión directiva de la Asociación Uruguaya de Dietista y Nutricionista, manifiesta que la cebolla es una “buena fuente de fibra” debido a “que tiene una fibra que no todos los vegetales tienen, que es la inulina”. A esta se le considera “prebiótica”, es decir, “que su presencia favorece la multiplicación de “fibras vegetales especializadas que actúan como fertilizantes y estimulan el crecimiento de bacterias sanas en el intestino.
Toxicidad en animales
“La toxicidad de la cebolla, cortada o no, está probada para animales como gatos o perros. Contienen compuestos de azufre que el animal no metaboliza”, explicó la profesora Sylvie Michel. “Los animales no tienen el mismo metabolismo que nosotros. Pero, de nuevo, la cebolla no es un caso especial: la cafeína es tóxica para los perros, mientras que a nosotros nos va bastante bien”, puntualizó.
El Centro de Control de Envenenamiento Ambientales y de Animales de Occidente (CAPAE, por sus siglas en Francés) especifica en su sitio web que “la cebolla (Alliun cepa) puede ser tóxica para los carnívoros, gatos y perros por igual y probablemente también para hurones”, lo que indica que “el envenenamiento por cebolla generalmente no es fatal si las cantidades ingeridas son moderadas y se dispone de tratamiento”.