¿Por qué mi hijo no crece?

Deficiencias físicas y nutricionales, entre otras razones, originan problemas de crecimiento en niños y adolescentes, que pueden prevenirse con la vigilancia correcta.

Cuando la familia de Lionel Messi advirtió su particular destreza para jugar fútbol, pese a su talla (que era calificada como baja), primero, no se preocupó. Desde temprana edad, quien es actualmente uno de los mejores jugadores de balompié en la historia adjudicaba su velocidad y rapidez ante el arco del contrincante, precisamente, a su pequeña altura. Así lo declaró el atleta a los medios diciendo que esta característica le brindaba la ventaja de la ligereza.

Sin embargo, cuando Lionel cumplió diez años de edad, sus padres, al ver que su hijo no crecía en la proporción esperada, lo llevaron al médico pediatra endocrinólogo quien diagnosticó al jugador con una deficiencia de la hormona del crecimiento (conocida como HGH o GH por sus siglas en inglés), por lo que durante varios años recibió un tratamiento de inyecciones subcutáneas de la hormona en su forma exógena. Esto permitió que, a la larga, Messi alcanzara 1,69 m de estatura, que es casi el tamaño promedio de los hombres venezolanos (1,70 m).

La deficiencia de la hormona GH -además de otros factores como problemas congénitos y de desnutrición- es una de las causas que generan que el crecimiento de un niño o de un adolescente esté afectado de alguna manera, lo que deviene en tallas bajas, que son aquellas situadas por debajo de las desviaciones estandarizadas según edad, sexo e incluso lugar de nacimiento. De acuerdo con la publicación Guía Infantil, el crecimiento de los niños es un indicador muy sensible para poder sopesar el estado de salud de un infante. Cualquier anomalía puede ser indicio de que algo no está bien con el funcionamiento corporal del joven. Esto incluye la altura, también el peso y la velocidad de crecimiento, variables reflejadas en curvas especiales que son usadas por los galenos con la finalidad de hacer un seguimiento correcto al niño y anticiparse a cualquier anormalidad.

Razones para no crecer

La doctora Anabel Mejías, integrante fundador de UNIENDO (Unidad Endocrinológica), explica que el problema del crecimiento en niños y adolescentes no responde únicamente a la deficiencia de la hormona del crecimiento, como en el caso de Lionel Messi. Problemas en los sistemas renal y gastrointestinal, causas genéticas y hasta factores psicosociales influirían en la estatura y contextura del niño.

«Estos trastornos suelen notarse desde el período de lactante y, en ocasiones, desde el período neonatal, al tratarse de recién nacidos de bajo peso al nacer», explica la doctora Mejías. El déficit de talla con peso normal, por ejemplo, sugiere trastornos del área endocrina o en el patrón genético-familiar. Entre las enfermedades endocrinas que cursan con talla baja están el déficit de la hormona de crecimiento y el hipotiroidismo (descenso de secreción de hormonas tiroideas) como causas más frecuentes. También está el síndrome de Turner, que es un trastorno genético que cursa con talla baja acompañando a otros signos clínicos (y que afecta a las niñas). Otro síndrome relacionado con la baja estatura es el de Prader-Willi.

Adicionalmente, aclara la especialista, el déficit pondo-estatural, al abarcar la talla y el peso, podría responder al aspecto nutricional del niño, por lo que es importante investigar los hábitos alimentarios del paciente.

¿Cuándo actuar?

«Él es bajito, pero ni te preocupes. Ese se estira cuando llegue a los 15». Es la respuesta de muchos padres ante la preocupación de otros acerca del tamaño de su hijo. Si bien las estadísticas mencionan que únicamente 20 por ciento de la población que acude a la consulta resulta con alguna condición real vinculada a la talla, «el estirón» de la adolescencia no es un hecho. «Hay patrones de crecimiento familiar; es decir, familias en las que los miembros crecen acelerada o tardíamente al compararlos con la población general. Son los llamados maduradores tempranos o tardíos, según sea el caso», asevera Mejías.

Pero no siempre este patrón de crecimiento familiar explica por qué un niño no crece apropiadamente. Cerciorarse con especialistas de que el niño solo atraviesa una variante normal de crecimiento es lo más indicado. Conforme a los pediatras, las inquietudes sobre la talla infantil surgen cuando los padres comparan al infante con sus pares o familiares en edades cercanas; asimismo, las madres tienden a manifestar que las ropas y los zapatos que tienen los niños de tallas chicas suelen ajustarles perfectamente por lapsos prolongados.

Menciona la doctora Anabel Mejías que es importante no catalogar a un niño como pequeño por su origen familiar sin una evaluación adecuada por parte del médico pediatra o del especialista. De no tratar a un infante con problemas de crecimiento, podría causar diversas dificultades como retardo en el desarrollo cognitivo, problemas de funcionalismo renal o gastrointestinal, hasta trastornos de autoestima y de adaptación social. Un ejemplo de esto último es el mismo Lionel Messi: sus compañeros señalan que durante su adolescencia siempre estaba solitario y retraído fuera de la cancha.

Igualmente, señala la doctora Mejías que «los problemas de crecimiento pueden prevenirse desde el período del embarazo, al proveer una adecuada nutrición y control prenatal de la mujer embarazada, ya que así pueden detectarse trastornos que pueden venir desde el útero y atenderlos oportunamente».

Mientras más temprano sea detectada alguna anomalía en el crecimiento, más rápido podrá diagnosticarse -en caso de que exista alguna condición- y tratarse con la farmacología disponible, al menos en aquellos casos no vinculados a un trastorno de origen congénito.

Finalmente, la especialista destaca que los padres que son buenos observadores de sus hijos, así como el constante seguimiento médico de ellos en todas las etapas de crecimiento (desde el bebé hasta el adolescente) ayuda a actuar a tiempo para que sean adultos sanos, con la estatura y el peso que deben ser.

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