- El profesor de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico, Francisco Merino, criticó los discursos y publicidades que naturalizan y banalizan la violencia al hablar de femicidio, tema sumamente relevante considerando que en nuestro país cada año mueren cerca de cuarenta mujeres por esta causa.
Con la portada de un diario del día 14 de septiembre que titulaba “Hizo anticucho con la polola”, aludiendo a un intento de femicidio en Arica, comenzó la charla “La violencia familiar desde una visión posmoderna” que dictó el docente de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico, Francisco Merino, en esa casa de estudios.
“Es un discurso que naturaliza la violencia. Inserto en el discurso de Fiestas Patrias, se focaliza en el anticucho, un elemento de ese discurso, y no en el intento de homicidio. Banaliza el asunto de la violencia”, criticó el psicólogo.
Asimismo, Merino recalcó que es incorrecto atribuir la violencia familiar a un solo género, en este caso al masculino. “La violencia no es sólo un tema hacia las mujeres, sino también hacia los hombres. Sin embargo, las publicidades sólo consideran la violencia hacia las mujeres, como la campaña de hace unos años ‘Maricón es el que maltrata a una mujer’”, señaló el profesor de los ramos Fenomenología y Clínica Humanística Existencial.
Dentro de la visión posmoderna de la violencia familiar, una perspectiva específica y actual, el especialista desmitificó algunas ideas arraigadas en la sociedad. “Lo postmoderno se enfoca en que la violencia no se da a partir de un individuo o de algo que tenga el individuo en sí mismo, sino que postula que todo fenómeno de violencia (familiar, callejera, género, etc.) va a partir de un discurso social que puede ser amplio, como lo patriarcal, a lo cual cada individuo se acerca de manera distinta. Ese discurso le da una visión de mundo al individuo y desde ahí va a cometer el acto violento”, explicó Merino.
“Antes de la visión postmoderna se creía que él/ella es el agresivo o él/ella debe tener un trauma. La mayoría de las veces las personas que ejercen violencia han tenido padres agresores, pero eso no es por la ‘esencia’ o porque algo ‘genético’ se transmite, sino más bien por el factor ambiental, porque aprenden un discurso, una forma de relacionarse”, aseguró el psicólogo de la Universidad del Pacífico.
Según la corriente postmoderna de la psicología, la pirámide de la violencia intrafamiliar se basa en seis elementos: patriarcado, religión, política, cultura, meta-relatos y publicidad. Justamente en esta última, Merino encontró otro ejemplo cercano, como lo es la campaña de la compañía telefónica WOM. “Es un discurso de poder, en el sentido que muestra una violencia como algo banal. En ocasiones, los medios de comunicación hablan de un ‘crimen pasional’, lo que es incorrecto, ya que el individuo no la mata por un impulso pasional, sino desde una concepción más amplia que tiene el agresor, un discurso”, concluyó el psicólogo y académico de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico, Francisco Merino.