En el 10% de los casos el dolor por un duelo se vuelve crónico

 

  • Alumnos de la Escuela de Psicología de la U. del Pacífico estudiaron la experiencia de duelo por muerte desde el modelo psicoterapéutico Humanista Transpersonal, el cual destaca conceptos como el sentido de la muerte, la espiritualidad y el desarrollo de la conciencia, como fundamentales para la asimilación e integración de un proceso de duelo.

 

Enfrentar la muerte de algún familiar o amigo es un proceso difícil y doloroso que toda persona afronta alguna vez en su vida. Actualmente se estima que el 5% de la población sufre cada año la pérdida de un ser querido cercano.

 

No es fácil saber cómo reaccionar y menos cómo aceptar el fatídico hecho de manera sana, escapando de una posible depresión. ¿Cómo se enfrenta un duelo? Los egresados de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico (Visión Humanista Transpersonal), Félix Alonso Pé, Constanza Bravo Cauas, María Belén Galilea Reyes y Claudia Herrera Soto, intentaron responder esa pregunta a través de un estudio extenso sobre la pérdida de un ser querido.

 

El estudio “Un proceso de duelo a la luz de una psicoterapia humanista transpersonal” fue desarrollado en el contexto de su tesis para optar al título de Psicólogo con mención en Psicología Clínica y al Grado Académico de Licenciado en Psicología en esta casa de estudios.

 

Según varias investigaciones, la mayor parte de las personas (del 50% al 85%) superan adecuadamente esta situación, salvo cuando se trata de la muerte de un hijo. El tiempo medio de duración del duelo suele ser de 6 a 12 meses, pero en un 10% de los casos persiste más allá de los 18 meses y se vuelve crónico.

 

El duelo sólo es materia de tratamiento psicológico si es duradero y atrae consigo una depresión. “Cuando fallece un ser querido también muere una parte del individuo que queda vivo, llevándolo a confrontar la consciencia de la propia mortalidad, abriendo un espacio reflexivo en relación a los cuestionamientos primordiales del hombre”, explican los investigadores.

 

Esas profundas preguntas interpelan la dimensión espiritual del hombre, y es allí donde la Psicología Humanista Transpersonal entrega una valiosa visión. “La mayoría de los modelos centran sus objetivos principalmente en la superación de la pérdida. Esto ha llevado a que el desarrollo y enfoque de los procesos psicoterapéuticos de duelo no incluyan perspectivas más amplias de la espiritualidad ni la visión trascendente de la muerte”, analizan los egresados de la Universidad del Pacífico.

 

Buscándole sentido al dolor

 

La Psicología Humanista Transpersonal ayuda a las personas que atraviesan por un desgarrador duelo orientándolos en el camino psicoterapéutico. El rol del psicólogo es ayudar al paciente en la búsqueda de sentido sobre el dolor, el sufrimiento, la vida y la muerte, en la multiplicidad de experiencias que se desencadenan, en donde la instancia psicoterapéutica y el vínculo desde la perspectiva Humanista Transpersonal funcionarían promoviendo el despliegue psicoespiritual para el desarrollo de la conciencia y la salud.

 

El estudio de los profesionales de la Universidad del Pacífico cobra relevancia en la actualidad, cuando los estudios sobre duelo se han centrado solo en el proceso que reúne un conjunto de síntomas o efectos fisiológicos. En contraposición, la Psicología Humanista Transpersonal se ocupa de dar sentido a lo que se vive y para ello es fundamental el autoconocimiento y la autocomprensión.

 

Por lo mismo, en el estudio se vislumbran algunas de las maneras que utiliza esta corriente de la psicología para alcanzar sus objetivos, como son los aportes de tradiciones espirituales occidentales como las escuelas iniciáticas, la tradición mística cristiana y el aporte teórico y sobretodo práctico de la terapia floral fundada por el doctor Edward Bach; como también desde lo que otorga la visión oriental y sus tradiciones espirituales a través del budismo, el yoga y el hinduismo, entre otras.

 

Según la Psicología Humanista Transpersonal, el dolor, la enfermedad y el sufrimiento son puertas importantísimas para acceder al mundo interno y sitúan al individuo frente a la posibilidad de desplegar y conocer nuevos niveles de conciencia en sí mismo. La investigación también hace alusión a que el proceso de reflexión acerca de la muerte puede en sí cambiar la actitud frente a la vida, dándole un sentido, y producir una posibilidad de curación.

 

Finalmente, el aporte de la investigación “Un proceso de duelo a la luz de una psicoterapia humanista transpersonal” radica en que “otorga teoría y comprensión al proceso psicoterapéutico de duelo desde una Visión Humanista Transpersonal, abordándose no solo desde los procesos y fases conocidas, sino que también incluye la dimensión espiritual, desde aspectos como: las creencias, los niveles de conciencia y la búsqueda de sentido, siendo estos un eje central para percibir y abordar la experiencia de pérdida”, señala el estudio.

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