El aceite de oliva es un excelente aliado en la gastronomía su excelso sabor característico de su fruto, hace que las preparaciones en la cocina sean de lujo.
Es el producto estrella en la dieta mediterránea, una grasa líquida que se obtiene por presión en las aceitunas a través de procesos mecánicos o químicos, donde se producen sus diferentes variedades.
Su noble sabor es también un cúmulo de beneficios para la salud.
Este óleo tiene propiedades antibacterianas y poseen funciones que mejoran la salud cognitiva. Lo mejor de sus beneficios al consumirlo es que previene enfermedades como diabetes, artritis, cáncer y alzheimer.
De todos los tipos de aceite, el de oliva es el más rico en “ácido oleico”, una grasa monoinsaturada con numerosos efectos positivos para la salud.
Beneficios del aceite de oliva
Regula los niveles de colesterol. Esto gracias a su ácido oleico, que reduce los niveles de LDL (colesterol malo), y aumenta los HDL (colesterol bueno). Esto hace que el aceite de oliva sea un protector natural del corazón y del sistema circulatorio.
Protege frente a la hipertensión arterial, es otra de las ventajas para numerosas enfermedades y afecciones del corazón.
Favorece la función digestiva, ya que se ha demostrado que estimula la vesícula biliar y hace más sencilla l digestión.
Facilita algunas funciones metabólicas y cognitivas como la memoria, pues ayuda a la formación del tejido cerebral.
Tiene propiedades antiinflamatorias, lo que ayuda de manera natural a relajar los músculos y aliviar molestias físicas.
Es un rico antioxidante, por lo que retrasa la muerte celular y previene el envejecimiento.
Ayuda a absorber mejor el calcio, por lo que es beneficiosa en caso de osteoporosis y en ciertos procesos biológicos como el de la menopausia.
Tiene aplicaciones muy positivas para la piel. Por ello, vienen en distintas presentaciones en formas de jabones, cremas, cosméticos, que cuidan la piel, el cabello, las manos, etc.