El 13 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Visión, una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (IAPB) para impulsar la prevención de la ceguera. Bajo el lema «Visión 2020: El derecho a ver», su objetivo es generar conciencia social sobre la importancia de la prevención y tratamientos que pueden aplicarse para evitar la pérdida absoluta de la visión. En este contexto, el Glaucoma, es la segunda causa de ceguera irreversible en el mundo.
El glaucoma una enfermedad asintomática en su fase inicial y que cuando el paciente presenta síntomas, el daño ya es irreversible. Se piensa que al menos la mitad de las personas que lo sufren no sabe que lo tiene.
La consulta oportuna al especialista es fundamental para detener esta enfermedad la cual se estima afecta a unas 60 millones de personas en todo el mundo.
¿Qué es el Glaucoma?
Según Gabriel Garay Tecnólogo Médico y docente de la Escuela de Tecnología Médica de la Universidad Central, el glaucoma es una enfermedad neurodegenerativa del nervio óptico y, en la mayoría de los casos, ocurre por un aumento de la presión intraocular, lo que daña el nervio óptico y, por tanto, la visión. “Es asintomática en un inicio, pero provoca una pérdida gradual y progresiva del campo visual, que al comienzo es imperceptible porque comienza en la periferia”, explica el especialista.
Tipos y síntomas de glaucoma
Existen diferentes tipos de Glaucoma. Los dos principales son el llamado de ángulo abierto, que representa más del 97 % de los casos y cuya prevalencia en Chile en la población sobre los 40 años es de 2% y que “es provocado por la obstrucción lenta de los canales de drenaje del ojo, lo cual produce un aumento de la presión ocular”; y el de ángulo cerrado, causado por el bloqueo de los canales de drenaje, “lo que aumenta repentinamente la presión intraocular y lleva a que el paciente presente dolor y daños visuales inmediatos, siendo su tratamiento una urgencia oftalmológica”, agrega el académico de la Universidad Central.
Al principio, el glaucoma de ángulo abierto no causa dolor y la visión es normal, pero sin tratamiento las personas pierden lentamente su visión periférica y, con el tiempo, la visión de frente también disminuye, hasta perder totalmente la visión.
“Entre los factores de riesgo está la edad, presión intraocular elevada, diabetes, cefaleas migrañosas, miopía elevada, hipertensión arterial y la herencia, ya que entre el 20 y el 30% de los glaucomatosos presentan, al menos, un familiar afectado. También son más susceptibles a desarrollarla quienes hayan tenido un golpe o traumatismo en el ojo”, detalla Garay.
La pérdida de visión causada por esta enfermedad es irreversible, pero con un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado se puede estabilizar la visión con medicamentos o cirugía. Una visita anual al especialista, a partir de los 40 años y, sobre todo, de quienes tienen factores de riesgo es la mejor forma de prevenir su aparición.
¿Qué hacer?
Pedirle a su Tecnólogo Médico especialista en oftalmología que le tome la presión ocular, ya que aportará con ese dato valiosísimo para detectar Glacuma a tiempo.