Los últimos años la industria de los alimentos nos han bombardeado con supuestos sobre nuestra alimentación, ideas que antiguamente no eran conocidas y la gente se alimentaba mejor y engordaba menos. Yogur con probióticos para el tránsito lento, sucralosa en vez de sacarina, carnes blancas en vez de rojas, ¿te suena familiar?
Aquí te develamos cuatro mitos nutricionales para que pongas atención con lo que comes y tengas en cuenta algunos datos para tu próxima compra del mes.
La carne blanca es más sana que la roja: si prefieres pollo o pavo antes que un bistec o lomo porque una de tus amigas te dijo que era más sano, estás equivocada. Hoy en día, las aves criadas para la industria alimenticia son alimentadas con pelets que contienen hormonas, su valor proteico se ha reducido y no son menos grasosas que las carnes rojas. ¿La solución? No necesitas comer carne a diario, con un par de veces a la semana basta, y recuerda que puedes obtener proteínas de otros productos como legumbres, frutos secos, quesos o palta.
La leche es un aporte nutricional: los lácteos envasados no son tan nutritivos como la mayoría de la gente cree, incluso, hay varios que ni siquiera son leche y sólo “bebida láctea”. Esta leche, durante los últimos 50 años ha perdido un 60% de hierro, un 2% de calcio y un 21% de magnesio. La leche más nutritiva es la que da la vaca al ternero cuando está amamantando –y no todo el año a causa de hormonas- que, probablemente, no tienes la posibilidad de aprovechar ¿qué hacer entonces? Prefiere un pan integral con granos a la vista que un yogurt diario, pues estimulan más la proliferación de bacterias beneficiosas y si te gusta el yogurt cómpralo en tiendas orgánicas, es más caro pero con dos a la semana es suficiente.
La sucralosa es más sana que el aspartame: el consumo de azúcar aumenta nuestra percepción de ésta y, luego, necesitamos algo más dulce para poder saborearlo. Por eso, la industria del azúcar ha lanzado la sucralosa como una alternativa más sana al aspartame que está en la sacarina, sin embargo, hay estudios que señalan que la sucralosa es tan dañina como el aspartame. En cifras, el aspartame es 200 veces más dulce que la sucralosa (azúcar) y la sucralosa lo sería 600 veces más. ¿Un consejo? Acostúmbrate a no endulzar tus tés ni cafés, aprender a saborearlos de manera natural será difícil al principio, pero es una experiencia que tu sentido del gusto y tu salud agradecerán.
La cáscara de la fruta es la parte más nutritiva: esto sería cierto si los cultivos industriales no regaran las frutas y verduras con pesticidas y fertilizantes. Por muy atractivas que parezcan, una manzana brillante o un tomate reluciente no es su aspecto natural y han sido alterados con químicos. ¿Qué hacer entonces? Invierte en comprar frutas y verduras en tiendas orgánicas donde, a pesar de ser más caros, tendrás la seguridad que lo que comes es nutritivo. Otra opción, es aprender hacer un huerto orgánico en casa y cosechar tus propios alimentos de manera sana y natural.
No dejes que la propaganda y los grandes supermercados impongan lo que debes comer, infórmate y elige a conciencia los alimentos que vas a consumir. Tu cuerpo te lo agradecerá.