La creatina es un compuesto natural formado por tres aminoácidos: metionina, arginina y glicina. Los aminoácidos son los bloques básicos que forman la proteína. El cuerpo es capaz de sintetizar una pequeña cantidad de creatina al día (+/- 1g), y el resto debe aportarse a través de la dieta o suplementación. La carne y pescado son las principales fuentes. Por algo su nombre deriva de “kreas“, que significa carne en griego.
El cuerpo tiene diferentes sistemas energéticos, siendo la fosfocreatina el combustible principal del sistema anaeróbico puro, con diferencia el más explosivo, pero también el que se fatiga más rápido. La suplementación con creatina facilita la regeneración de este escaso combustible, permitiéndote realizar alguna repetición extra, o usar algo más de peso. El resultado será más fuerza y más músculo.
Resumen: si haces deporte, la creatina mejorará tu rendimiento y composición corporal.
Pero sus beneficios van más allá:
- Mejora el control de glucosa en personas diabéticas.
- Previene la pérdida muscular y debilidad ósea en hombres y mujeres mayores.
- Aunque el 90% de la creatina se acumula en los músculos, es también importante en el cerebro, y está demostrada su mejora de la capacidad cognitiva, en personas mayores.
- Mejora el estado de ánimo en casos de fatiga mental por falta de sueño, y reduce síntomas de depresión.
Algunas recomendaciones a la hora de tomarla:
- No la consumas después de comer. El pH del estómago aumenta a niveles de 3-5, que maximiza la degradación de la creatina. Es mejor tomarla con el estómago vacío (pH muy bajo), o con unos pocos gramos de bicarbonato (pH muy alto).
- Los días de descanso puedes dejar de tomarla o reducir su dosis a la mitad, dependiendo de la intensidad de los entrenamientos, y el objetivo que persigas.
Fuente: Fitness Revolucionario