El ácido glicólico tiene efecto exfoliante pero en altas concentraciones, también puede ayudar a acabar con las arrugas, las manchas y tratar el acné.
¿Qué es el ácido glicólico?
El ácido glicólico pertenece a la familia de los alfahidroxiácido (AHA) que se utilizan para trabajar la superficie más profunda de la piel y tratar las pequeñas arrugas, la falta de luminosidad o la piel dañada por el sol.
Ventajas
Por su efecto exfoliante, ayuda a acabar con las células muertas, revelando una piel nueva y estimulando la regeneración celular. Pero no es lo único que logra este activo, ya que lucha contra la producción excesiva de sebo, por lo que es un ingrediente ideal para la piel grasa e incluso regula el cutis mixto, evitando los puntos negros y afinando los poros.
A la hora de elegir un producto con ácido glicólico, es importante fijarse en las concentraciones, que pueden variar entre el 4% y el 20%.
Los productos con concentraciones más bajas realizan exfoliaciones muy ligeras, mientras que las concentraciones más altas se utilizan en tratamientos de pigmentación, arrugas e incluso para tratar el acné.
Uso
El ácido glicólico es uno de los activos más potentes utilizados en cosmética, pero también puede ser agresivo con la piel si no se usa adecuadamente.
Se debe comenzar a usarlo en pequeñas dosis y de forma salteada para que la piel vaya acostumbrándose a su uso, como se haría con un producto con retinol.
Se debe usar con una concentración de un 8% e ir subiendo paulatinamente. Pero si la piel ya está acostumbrada a su uso, se puede probar con una concentración del 15%.
Se debe aplicar de forma salteda y por la noche, dos días a la semana para comprobar cómo reacciona la piel. No es que no se pueda usar durante el día pero si se hace, no olvidar utilizar un protector solar de factor alto porque al eliminar las células muertas, también se disminuye la protección natural de la piel, quedando más expuesta a los daños externos.