¿Por qué retenemos líquido? Cuando el organismo detecta un nivel bajo de líquidos, bien porque no se haya ingerido suficiente o bien por haber abusado del sodio, éste activa un mecanismo de defensa y cierra las compuertas para retener todo el líquido que considera necesario para mantener el equilibrio, según explica el coach de Krissia.
La retención de líquidos afecta principalmente a las mujeres en épocas relacionadas con los desajustes hormonales como la menstruación, el embarazo o la menopausia. Además, los problemas de circulación, una alimentación incorrecta o el estrés también favorecen la retención de líquidos y el consecuente aumento de peso que puede rondar los dos kilos.
“Es cierto que detrás de una retención de líquidos puede haber un trastorno de salud por lo que siempre hay que acudir al médico para descartar estas causas. Sin embargo en la mayoría de los casos el responsable no es otro que una dieta desequilibrada y sobre todo rica en sal o una vida excesivamente sedentaria”, explica Irene Cañadas, nutricionista de myBodyStores.com.
1. Evita las grandes cantidades de sal, presente en alimentos como salazones, embutidos, salsas, aderezos, comidas precocinadas, palomitas y algunos quesos, especialmente el roquefort.
2. Bebe dos litros de agua al día. Si el organismo se siente hidratado, dejará que los líquidos retenidos sean eliminados. Sin embargo, es fundamental no superar los cuatro litros diarios para no retener líquidos por sobrecarga y “fijarse bien en la composición del agua mineral, para no consumir aguas ricas en sodio”.
3. Lleva una alimentación variada de productos frescos. La nutricionista de myBodyStores.com aconseja incluir cinco raciones diarias de fruta y verdura, tomar hidratos de carbono bajos en sodio como la patata, el arroz, la avena y la soja; consumir proteínas (carne y pescado) ya que, tras su ingesta, el hígado produce una sustancia necesaria para que los fluidos no se acumulen y no olvidar las grasas ‘saludables’, ya que éstas forman parte de las membranas de las células.
5. Ni demasiada sal, ni demasiada azúcar. Evitar las comidas muy ricas en azúcares como postres, golosinas, comida rápida, entre otras, ya que la glucosa en exceso arrastran agua por ósmosis y favorecen su retención en el cuerpo.
6. Practica ejercicio regularmente. Caminar a diario a buen ritmo durante 30 minutos puede ser un primer paso para mantenerse en forma.
7. Olvida las prendas muy ajustadas porque obstruyen la circulación y dificultan la correcta expulsión de los líquidos, siguiendo los cauces habituales del organismo.
8. Reactiva la circulación. Mantener un estilo de vida equilibrado, en el que se vayan adquiriendo hábitos beneficiosos para el correcto drenaje de líquidos a través de ejercicios tan sencillos como “terminar cada ducha con un chorro de agua fría en las piernas”, tal y como indica el Coach de Krissia. Otra recomendación de los expertos es usar cremas con efecto vascular y masajearlas siempre en sentido ascendente, desde los tobillos hasta los brazos.
9. Las plantas, tus mejores aliadas. El diente de león, la cola de caballo, el té verde y la centella asiática deben estar presentes en tu dieta. El diente de león es una de las hierbas más diuréticas por lo que es recomendable tomarse una infusión de esta hierba antes de la comida y la cena, pues contribuye a desechar las toxinas, los líquidos de sobra y ayuda en el proceso digestivo. La cola de caballo ayuda a eliminar líquidos, baja el hinchazón, tiene efecto laxante que facilitan la eliminación de grasas y toxinas y sirve para acabar con la celulitis. El té verde es un potente diurético que acelera el organismo y favorece la expulsión de toxinas. La centella asiática, además de diurética, ayuda a reforzar los capilares. Además, tal como explican en Laboratorios Ysonut, existen algunos preparados «drenantes» que incluyen ingredientes como rabos de cereza, cardillos, fresno y ulmaria, que son diuréticos; té verde y guaraná, que mejoran el gasto energético; piña y papaya, que limitan la retención de agua;fucus, que aporta oligoelementos que garantizan unos niveles de agua correctos dentro de las células y fibras prebióticas, indispensables para un buen tránsito intestinal y útiles para modular la asimilación de los azúcares.
10. Frutas ‘mágicas’. Para contrarrestar el nivel de sodio del organismo y mantener el equilibrio de líquidos, el nutricionista de Krissia recomienda «consumir alimentos que aporten potasio, principalmente frutas como los plátanos, el melón y la sandía; además de verduras como las alcachofas, los berros, las acelgas o la calabaza». Por su parte, Irene Cañadas suma a esta lista la ciruela, que además contribuye a detener el estreñimiento y la cebolla, que ayuda a mejorar la circulación de la sangre.
Fuente: http://www.mujerhoy.com/