En un mundo perfecto, las discusiones con tu novio se resolverían si él dijera cosas como: «Tienes razón, yo nunca he pensado así» y terminarían con un fabuloso sexo. Desafortunadamente, vivimos en el mundo real, donde las conversaciones difíciles implican una botella de vino, una pirámide de pañuelos empapados y terminan en una pelea a gritos como para hacer correr a los vecinos. Estos son algunos consejos para ayudarte a terminar sin un hoyo en la pared y donde los especialistas explican cómo tener esa difícil conversación.
Antes de empezar…
Según expertos en relaciones, en primer lugar, debes asegurarte de que has armado un plan. Piensa en lo que él te podría decir y cómo tú podrías responder. En segundo lugar, asegúrate de escuchar y darle tiempo para digerir lo que has dicho. Por último, recuerda que algunas conversaciones importantes ocurren gradualmente –podría tomarles un mes hablar todo lo que necesitan discutir.
Al hablar de «esa» conversación difícil, podemos referirnos a un sinnúmero de temas importantes que son fuente de conflicto en la pareja, por eso agrupamos los más comunes y te damos algunas pautas para guiar el diálogo y, así, lograr que todo termine en un cálido beso en lugar de en un portazo de despedida.
El problema: «Ojalá nuestra vida sexual fuera más aventurera»
Este es el único tema en el que una copa de vino puede ser útil para relajarse. Apaga tu TV y tu teléfono móvil y aléjate de la habitación porque es su lugar más íntimo. Empieza por preguntarle cómo siente que va su vida sexual, si es feliz –sin apuntarlo con el índice-. Luego dile algo como: «Pensé que podríamos intentar algunas cosas nuevas, ¿qué piensas tú?» Hazle algunas sugerencias sencillas, como una ducha juntos, luego pregúntale si tiene ideas (o fantasías) propias, para que no crea que piensas que es malo en la cama. Si se lo toma a pecho, arrancarle los pantalones es una forma rápida de decirle que todavía piensas que es sexy, haciendo que olvide todas sus inseguridades…
El problema: «Llevamos un par de años –¿Alguna vez me lo va a proponer?»
Puedes sentir que es como darle un ultimátum, pero no. Si el matrimonio es importante para ti, tienes que decírselo –pero no lo digas repetidamente como para hacerlo sentir culpable. Los matrimonios que empiezan con lágrimas suelen terminar con lágrimas también. La clave es hacerle pensar seriamente acerca de su relación sin ser agresiva. Comienza con aspectos positivos: dile lo que te gusta de él y, entonces, pregúntale a dónde cree que va la relación. Si él no piensa en el matrimonio, di algo como «voy a tener que pensar en esto, yo lo veo de otra manera.» De esa forma, le estás dando el espacio y tú tendrás tiempo para decidir qué hacer si él no cambia de opinión.
El problema: «¿Alguna vez vamos a ponernos de acuerdo sobre tener hijos?»
Los expertos dicen que es asombrosa la cantidad de parejas que no tienen esta conversación. Es una cuestión crucial: no puedes tener un bebé y luego decidir que te gusta. La forma de abordar este tema es preguntar qué pensamientos tiene tu pareja sobre ser padre –lo que le preocupa o lo que espera-. Una vez que sepas cómo se siente, tienes que aceptar que cuando se trata de niños hay muy poco espacio para el compromiso. Si no están de acuerdo, vuelvan a hablarlo más tarde, pero nunca menosprecies sus sentimientos diciendo que es tonto o terco. Si después su respuesta es la misma, tendrás que decidir si tener un bebé –o no– es más importante que tu relación.
El problema: «Quiero terminar con esta relación»
La mejor manera de abordar esto es hacer que parezca que la decisión es mutua. Decir «no eres tú, soy yo» es un cliché que no sirve. Necesitas ser honesta, pero no demasiado contundente. Una buena forma de empezar es acariciar su ego. Enfócate en sus buenas cualidades, entonces rompe con suavidad. Podrías decir que la relación ha llegado lo más lejos que podía. Después de haberle dado la noticia, es mejor dejarlo solo para que cure sus heridas. Pero asegúrate de que la ruptura ocurra cara a cara. La única ocasión en que es aceptable terminar por teléfono es cuando tienes una relación a distancia.