El Premio Nobel de Economía 2015, Angus Deaton, aseguró que las cifras de pobreza en América Latina no son creíbles, ya que se basan en un modelo anticuado. Un especialista del problema social analiza las herramientas que se utilizan hoy en Chile.
El Día Internacional de la Erradicación de la Pobreza, que se celebra mañana, invita a preguntarse cuál es la forma de eliminar este problema social. Para cumplir aquel difícil objetivo, lo primero es cuestionar qué se entiende por pobreza y cómo se mide.
Al parecer, en la medición surge otro conflicto. El reciente ganador del premio Nobel de Economía 2015, Angus Deaton, sostuvo que América Latina es la región del mundo con el más bajo nivel de confiabilidad en las cifras del estado de la pobreza de sus habitantes. “Las cifras no son creíbles para nada. La pobreza es peor medida en América Latina más que en ninguna otra región. Las encuestas de medición de la pobreza se basan en un modelo anticuado”, dijo Deaton.
¿Se está midiendo mal la pobreza? “En el caso chileno, las formas de medir la pobreza reconocen hoy la complejidad del fenómeno, asumiendo por un lado el ingreso y por otra la multidimensionalidad o complejidad, basado en estándares y criterios internacionales. Chile no tiene un modelo anticuado ni poco creíble. Lo importante es mantener sistemas consistentes en el tiempo para comparar. En este sentido, las cifras son cada vez más exactas y dan cuenta de la verdadera magnitud del problema desde el punto de vista de los indicadores que consideran”, expone Christian Quinteros, académico de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad del Pacífico.
La pobreza es una situación multidimensional y multicausal, lo que hace que su medición sea especialmente compleja. “Etimológicamente se entiende que pobreza indica un estado de carencia, lo que se obtiene en función de algo ideal de lo esencial, de lo que un gobierno determine como necesario y fundamental. Es aquí donde se comienza a generar un problema metodológico y filosófico”, explica el Magíster en Ciencia Política.
Históricamente Chile ha optado por una medición en el aspecto económico. “En los últimos 30 años, Chile ha tomado un enfoque centrado en el ingreso, donde se identifican los montos autónomos y no autónomos de una familia y se establecen parámetros consensuados de satisfacción de necesidades a través de la creación de unidades arbitrarias de medidas, como por ejemplo la canasta familiar. Este enfoque ha sobrevivido porque permite comparar la evolución de grupos en esta materia”, señala Quinteros. Sin embargo, hoy se han ampliado las miradas y existen mediciones que consideran la multidimensionalidad social del sujeto.
Metodología nacional
Como un intento de mejorar y actualizar la medición en Chile, en 2013 el Ministerio de Desarrollo Social aplicó una nueva metodología de medición de la pobreza en la Encuesta de Caracterización Socioeconómica (Casen). Según explicaron en su momento, esta toma en cuenta los cambios en los patrones de consumo de los chilenos y a la vez nos impone estándares más altos en medición de pobreza, acorde al nivel de desarrollo del Chile de hoy.
La metodología actual mide la pobreza por ingresos y desde una perspectiva multidimensional. La primera estudia las necesidades básicas del hogar, mientras que la multidimensional incluye cuatro factores: educación, salud, trabajo y seguridad social, y vivienda.
“Aunque la pobreza por ingresos sigue siendo relevante, se reconoce que la situación de pobreza de muchos hogares depende también de las carencias que estos sufren en un conjunto de dimensiones que afectan su bienestar y calidad de vida. La medición de la Pobreza Multidimensional permite identificar de mejor manera la situación de pobreza de los hogares a partir de sus carencias en diversos indicadores, que son parte de dimensiones básicas del bienestar”, explica Christian Quinteros, docente de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad del Pacífico y Diplomado en Gestión Pública y Desarrollo Territorial (FLACSO OEA).
Según la última medición realizada por el Estado chileno, que es precisamente la Encuesta Casen 2013, la pobreza en el país ha bajado. De acuerdo a la metodología basada en los ingresos económicos, la pobreza afecta a un 7,8% de la población nacional y, de esta cifra, un 2,5% está en situación extrema; mientras que con la metodología basada en un enfoque multidimensional, la pobreza alcanza al 14,4% y, de esta, un 4,5% es extrema. El desafío para erradicar la pobreza en Chile y en el mundo sigo en pie.