Cuando el estrés ya se ha apoderado de tu vida y sientes que ni tu cuerpo ni tu mente pueden dar más, es momento de tomar cartas en el asunto.
Ante un cuadro de estrés no debes olvidar que hay ciertas cosas fundamentales a las cuales tienes que estar atenta. Por ejemplo, y en primer lugar, jamás debes ignorar lo que tu cuerpo te está diciendo. Afronta la situación buscando las causas, porque si no se conoce el fondo del asunto, menos podrán disminuirse los efectos. Debes comenzar a mirar en tu interior y buscar en el entorno cuál fue el causante del estrés, para trabajarlo, mejorarlo y superarlo.
Aprende a relajarte; es una buena idea realizar ejercicio físico al menos tres veces por semana, liberarás endorfinas y te sentirás más feliz y tranquilo. También es importante que pongas límites en tu vida laboral. Está bien que quieras resaltar, pero no es necesario que trabajes hasta las diez de la noche y luego llegues a trabajar a tu casa hasta altas horas de la madrugada.
Cuando llegues a tu casa toma un baño tibio, come algo saludable y ocúpate de solucionar los problemas que quedaron pendientes, sin exagerarlos. Por último acuéstate y duerme por lo menos ocho horas, así controlarás de mejor forma los niveles de estrés.
