Cada mujer tiene dos ovarios, éstos están encargados de producir hormonas y de liberar, mes a mes, un óvulo para que sea fecundado. Estos órganos están recubiertos de células epitales y, de la transformación maligna de estas células, nacen la mayoría de los cáncer de ovario.
El rango de edad de las mujeres que padece esta enfermedad va desde finales de los 40 hasta los 70 años. De acuerdo a las cifras, 1 de cada 7 mujeres desarrolla cáncer de ovario.
Es el tercer cáncer más frecuente del aparato reproductor femenino y, sin embargo, mueren más mujeres por este cáncer que por cualquier otro que afecte el aparato reproductor como, por ejemplo, el cáncer al cuello del útero.
Las causas del cáncer de ovario
- Aún son desconocidas, no obstante, se relaciona esta enfermedad con algunos desequilibrios hormonales, infertilidad o pocos embarazos durante la edad fértil de la mujer.
- Los factores genéticos en tanto, son determinantes sólo en un 10% de los casos.
- Los factores ambientales como una dieta rica en grasas, también podrían influir en el desarrollo de este cáncer.
Síntomas
- Desafortunadamente, el cáncer de ovarios presenta pocos síntomas pudiendo avanzar enormemente antes de ser diagnosticado.
- Generalmente se presenta un malestar ligero en la zona abdominal o sangrado posmenopáusico.
- Una paciente que tenga ovarios muy grandes, o presente líquido en el abdomen también son indicadores que la mujer es propensa a sufrir cáncer de ovarios.
- Por eso, es fundamental el chequeo ginecológico una vez al año.
Tratamiento
- El tratamiento del cáncer de ovarios más exitoso es la cirugía que extraiga el tumor por completo.
- En la mayoría de los casos, también se extirpa el útero y se toman biopsia de todos los miomas.
- En mujeres jóvenes que quieran tener hijos, se puede extraer sólo una parte del aparato reproductor afectado haciendo viable un embarazo a futuro.
- En los casos poco agresivos o en estado inicial también se practica quimioterapia.
Algunos especialistas señalan que el cáncer de ovarios es menos frecuente en mujeres que han tenido varios hijos y en aquellas que han tomado píldoras anticonceptivas por un periodo de tiempo prolongado.
No obstante, la mejor prevención es visitar al ginecólogo una vez al año, cuidar la dieta, practicar ejercicio y tener un estilo de vida saludable.