La moderación es definitivamente la clave para eliminar la falta de sueño causada por beber demasiada cafeína. Esa taza de café de la mañana está bien, siempre y cuando no tengas problemas para dormir por la noche. Muchas personas pueden controlar el consumo moderado de cafeína temprano en el día sin comprometer el sueño. Una pauta general es reducir el consumo de cafeína a las 14:00 PM.
- Otra gran estrategia es controlar la cantidad de cafeína que realmente estás bebiendo cada día. Comienza el día con la bebida con más cafeína y disminuye gradualmente desde allí.
- Cambia a una taza de café medio regular o medio descafeinado, o al té, antes de abandonarla por el resto del día.
- También es importante recordar que la cantidad de cafeína en las bebidas populares puede variar ampliamente. Una taza de café de 8 onzas contiene aproximadamente 100 miligramos o más de cafeína. Un café con leche generalmente puede tener entre 60 y 175 mg de cafeína, mientras que un espresso de una onza puede tener entre 47 y 75 mg.
- Las bebidas de cola generalmente tienen entre 25 y 45 mg de cafeína, mientras que una taza de té verde de 8 onzas contiene 24-45 mg.
Si decides dejar la cafeína por completo, intenta eliminarla gradualmente. Dejar la cafeína abruptamente puede provocar fatiga y lentitud, y puede causar dolores de cabeza. Estos efectos son a corto plazo y no tendrán consecuencias duraderas para su rendimiento general. Sin embargo, puede ser más fácil y menos perjudicial reducir gradualmente tu consumo de cafeína.
Otros estimulantes que causan problemas de sueño además de la cafeína
La cafeína no es el único estimulante que puede presentar problemas para dormir. El azúcar y la nicotina son otros dos estimulantes comunes asociados con las dificultades para dormir. Consumir demasiada azúcar y comer alimentos ricos en azúcar demasiado cerca de la hora de acostarse puede interferir con el sueño. Los alimentos con alto contenido de azúcar hacen que los niveles de azúcar en la sangre fluctúen bruscamente. Durante el día, estas fluctuaciones pueden provocar fatiga, lo que puede causar problemas para dormir por la noche.
La nicotina estimula la adrenalina, elevando la frecuencia cardíaca y la respiración. Fumar o masticar tabaco cerca de la hora de acostarse puede hacer que sea más difícil conciliar el sueño y puede reducir el tiempo de sueño REM. También puede irritar e inflamar los tejidos de la nariz y la garganta, lo que aumenta la probabilidad de roncar.
El consumo moderado de cafeína y otros estimulantes es una parte esencial de una rutina de sueño diaria fuerte y un plan a largo plazo para la salud del sueño.