Beneficios de dormir siesta (2da. parte)

En un artículo publicado por Nature Neuroscience, psicólogos aseguran que tomar una siesta no sólo reduce el riesgo de cometer errores en el trabajo, sino que aumenta el rendimiento laboral en un 30 por ciento. Si ya leíste la primera parte de los beneficios de dormir siesta, a continuación, te presentamos otras ventajas asociadas a este descanso post almuerzo.

1. Reduce el riesgo de diabetes

La falta de sueño incrementa los niveles de insulina, lo que puede aumentar el riesgo de causar diabetes tipo tipo II. Dormir después comer puede ser una defensa importante, porque mejora el manejo de los azúcares en el cuerpo.

2. Disminuye el estrés y entrega vitalidad

Nuestro cuerpo libera cortisol cuando se expone a situaciones de estrés  y una buena forma para contrarrestar esto es tomar una siesta. Junto con disminuir el estado de tensión, al dormir de forma profunda y en un corto tiempo, nuestro cuerpo genera la hormona de crecimiento que ayuda a nuestro organismo alcanzar mayor vitalidad.

3. Pone de buen humor

La privación del sueño causa irritabilidad, depresión y angustia. Investigadores aseguran que la siesta incrementa los niveles de serotonina, un neurotransmisor del cerebro que disminuye la ira y la agresividad.

4. Mejora la memoria

Esta capacidad está relacionada con la calidad de sueño, pero se ha comprobado que si la persona toma una siesta corta entre periodos de estudio, su fijación de conocimientos aumenta.

5. Estimula el sueño nocturno

Siempre se ha pensado que dormir siesta en la tarde hace que nos cueste más conciliar el sueño en la noche, sin embargo esto es falso. Si se toman siestas de forma regular, las sobrecargas en el cuerpo y en la mente disminuyen, lo que finalmente hace que en las noches estas estructuras estén más aptas para descansar, con lo que se logra alcanzar antes el tan anhelado sueño.

6. Previene ataques al corazón

Un estudio hecho con hombres en Grecia, y publicado en Archives of Internal Medicine, concluyó que aquellos que dormían la siesta por lo menos tres veces a la semana (durante cerca de media hora), tenían un 37% menos de posibilidades de morir de un ataque al corazón o de otros problemas cardiacos.

Publicidad