La gelatina es un producto de origen animal que contiene distintas propiedades muy beneficiosas para el organismo.
Este alimento es altamente recomendado por los nutricionistas, en especial para los niños ya que favorece el funcionamiento de los músculos y las articulaciones cuando están en la etapa de crecimiento.
Internamente la gelatina contiene 84-90% proteína, 1-2% sales minerales y el resto es agua. Además, ofrece proteínas, colágeno y tiene poca carga calórica.
¿Cómo favorece el comer gelatina?
Comer gelatina ayuda a fortalecer los huesos de los niños, y sirve para la recuperación de algún tipo de lesiones típicas cuando realizan alguna actividad deportiva, como las lesiones de ligamentos o menisco.
Al ser un alimento bajo en grasa, mantiene los niveles de azucar estables y evita la obesidad. La ideal es la gelatina con colágeno hidrolizado.
Aporta minerales como el calcio y la vitamina C y D. Además, mejora la apariencia de la piel, cabello y uñas.
Si padecen alguna enfermedad estomacal, incluya en la dieta gelatina.
Para los niños que duermen poco, este alimento les va a ayudar en gran medida. Resulta que la gelatina contiene algo que se llama glicina, esta estimula los neurotransmisores que mejoran el sueño.
Beneficios para el organismo
Por tratarse de un alimento natural que contiene colágeno, la sustancia que forma los huesos, tendones, cartílagos y ligamentos, ayuda a mantener las articulaciones en buen estado ya prevenir lesiones articulares.
Dado que el colágeno se va perdiendo con la edad, el consumo de alimentos ricos en esta proteína es muy beneficioso. Dicen que bastan 10 gramos de gelatina cada día para ayudar a reconstruir el cartílago y los huesos.
Es especialmente recomendado a mujeres embarazadas, niños, y también a deportistas, pues al contener aminoácidos, como la prolina y la hidroxiprolina, ayuda a regenerar el tejido muscular que trabaja durante el entrenamiento.
¿Cómo se obtienen?
Se muelen los huesos y se dejan remover para suavizarlos con varios métodos; en seguida la masa resultó se deja hervir por largo tiempo hasta que apareció la cantidad necesaria de esta capa gruesa que posteriormente se separa del agua para dejarla secar a fin de convertirla en polvo. Luego, se le agrega el sabor y listo.