Amistad para toda la vida

El ser humano es un ser sociable, por lo mismo necesitamos de la amistad, de la gente y de las relaciones de complicidad con nuestros pares. Necesitamos de alguien que nos apoye, que sea sincero, que nos escuche y que sepamos que en cualquier momento de necesidad ellos estarán ahí.

Sin embargo uno no anda por la vida buscando amigos, sino que las relaciones de amistad y afinidad se dan con el tiempo y cuando menos te lo esperas. Lo principal es mostrarte tal cual eres, no finjas ser otra persona, muéstrate transparente y se tu misma, eso siempre se agradecerá, y además dará el pie para que la otra persona se abra contigo igual como tú lo haces.

Todo inicio de una relación de amistad es lento y comienza prácticamente por un simple “me cayó bien”, luego, y a medida que pasa el tiempo, podrán compartir sentimientos, anécdotas, gustos, aficiones, opiniones, creencias, etc., sentirse a gusto y en confianza con la persona no es algo que viene de un día para otro, pero el hecho de conversar y tener algunas similitudes o, por el contrario, muchas diferencias puede ser el inicio de una gran amistad, todo dependerá de la tolerancia.

No es necesario estar de acuerdo en todo, pero por lo general una similitud entre ambos (as) o entre varios (as), como estudiar la misma carrera o trabajar en el mismo lugar, puede ser suficiente para confiar los unos en los otros. Lo importante es darse el tiempo de conocer al resto y aprender a aceptar y a apreciar tanto sus virtudes como sus defectos.

Muchas veces podrán pasar meses o años sin verse, pero el sólo hecho de volver a encontrarse y recordar los viejos momentos, reírse de sus vivencias y de aquellas bromas que sólo ustedes entienden es significado que su amistad siempre fue pura y verdadera, y sobre todo que fue capaz de resistir la distancia; esos amigos son los verdaderos y los que siempre estarán ahí para ayudarte y escucharte sin quejarse, al contrario, te apoyarán y aconsejarán aunque no logren entender en profundidad tus problemas.

Bárbara y Alejandra se conocieron en primer año de universidad, desde el primer día de clases se juntaron, hablaron y comenzaron el largo proceso de conocerse, con el tiempo la relación fue madurando y se convirtieron en grandes amigas, sin embargo Bárbara decidió cambiarse de universidad y aunque a Alejandra en un inicio no le pareció la mejor idea,  apoyó y escuchó las razones de su amiga sin quejarse ni hacerla sentir culpable, ya que lo que Bárbara necesitaba en ese momento era apoyo y comprensión; con el paso de los años y a pesar de que Alejandra también se cambió de universidad y de carrera, lograron sobrellevar la distancia y sin importar los cambios en sus vidas, aún –después de siete años- siguen hablando, compartiendo historias, anécdotas y recordando todo lo que alguna vez hizo que se quisieran.

Esta historia no tiene mucha diferencia con la realidad, la amistad puede durar años e incluso ir madurando y alcanzar otros niveles de cercanía, casi como una relación de hermanos (as), con la diferencia que somos nosotros los que elegiremos a las personas que estarán a nuestro lado. Lo principal es no acercarse a las personas por los motivos equivocados, como interés o la intención de aprovecharse del otro.

La amistad no es fácil, sin embargo vale la pena el esfuerzo, lograr lazos afectivos con una persona es algo que durará toda la vida, incluso cuando ya se tengan varios años encima.

Por otro lado existen consejos que ayudarán a todos aquel que deseen mantener una amistad por años, igual que Bárbara y Alejandra:

– Ser leales.

– Agradecer el tiempo que pasen juntos (as).

– No ser egoístas.

– No ser celosos (as).

– Ser desinteresados.

– Saber escucha.

– Tenerse confianza.

– Aceptarlos (as) tal como son, no querer cambiar su forma de ser.

– Tener un elemento en común.

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