Tal como la música y la risa, la abrazoterapia es una herramienta muy utilizada en las terapias complementarias y en la medicina alternativa para sanar cuerpo y espíritu. Sus orígenes datan desde la antigüedad pero -dado el estilo de vida actual- se ha dejado de lado su valor y eficacia.
La abrazoterapia se basa en que al tocar a alguien, ocurre una transferencia de energía y, por lo tanto, ambas personas reciben un estímulo emocional. Además, es una manera de comunicación y sirve generar vínculos con las personas que nos rodean. Su poder terapéutico también está comprobado, por ejemplo, en el abrazo que da una madre a un hijo donde inmediatamente el pequeño secreta la hormona oxitocina conocida como la hormona del amor y el apego.
Por si esto fuera poco, el abrazo también activa la liberación de serotonina y dopamina en el cerebro lo que explica biológicamente el bienestar que siente una persona al recibir un abrazo. De hecho, se dice que necesitamos 4 abrazos al día para sentirnos bien, 8 para mantenernos y 12 para crecer.
Entre otras cosas, la abrazoterapia sirve para:
- Calmar la soledad y la ansiedad
- Fortalecer la autoestima
- Ejercitar la empatía
- Estimular la comunicación no verbal
- Despierta la actitud positiva y la creatividad
- Potencia la resiliencia
- Mejora la tolerancia a la frustración
- Incentiva el apego con nuestra familia y amigos
- Reduce tensión y estrés
La abrazoterapia debe ser guiada por un especialista y lo ideal es que asista todo el grupo familiar o de amigos. También, es muy recomendada para niños autistas o prematuros que debieron estar un tiempo prolongado en la incubadora lejos de su madre.
No hay excusas para no abrazar a tu pareja, tu hijo, tu madre, tus amigos o tu mascota. Los beneficios están comprobados y si lo practicas a diario verás que sus beneficios son iguales o superiores a los de los medicamentos de la medicina tradicional destinados a curar la depresión o ansiedad.