Quizá una de las relaciones más complicadas y delicadas que existen es la relación del matrimonio. Vivir casado es una labor complicada que requiere además de mucha dedicación y compromiso, una atención y esfuerzo diario.
El matrimonio puede ser el paraíso más grande o el infierno más temido. Es común encontrar parejas en la búsqueda de nuevas alternativas para mejorar sus matrimonios. Sin embargo, para lograr esto basta con expresar el aprecio que se siente por el otro con sinceridad y frecuencia. Elogiar a la pareja lleva a un acercamiento, aprecio y reconocimiento que enriquece la relación. Toda persona necesita sentirse querida y apreciada.
Antes de dar el gran salto además de los elogios y el respeto mutuo que deben tenerse como pareja he aquí los puntos clave que debes saber antes de dar el sí.
No tienes por qué endeudarte. Las bodas son divertidas. Pensar que vas a liquidar los ahorros de tu vida en un solo día puede resultarte incomprensible. No desesperes, aún puedes dar marcha atrás en la tradicional boda y gastar una cifra más normalita en la declaración del “sí quiero”.
Te odiarán en Facebook. ¿Conoces a todas aquellas personas que cuelgan fotos de su boda, luna de miel y bebés? Pues estás a punto de convertirte en una de ellas. Puede que pierdas algún “amigo” por el camino, pero que no falten tus fotos en Hawai tocando el ukelele.
Puede que no sepas cuándo es el momento adecuado para tener niños. Si estabas esperando una campanita que te avisara, olvídalo. Si quieres tener hijos, tenlos (o adóptalos). Si no quieres, no los tengas. Y si pensabas que no querías tenerlos, pero ahora sí quieres, no es demasiado tarde.
Te preguntaras si hiciste lo correcto. En las grandes discusiones con tu marido, puede que te preguntes si hiciste lo correcto casándote con él, y él contigo. No te asustes: es muy común en todas las parejas que se imaginen dejándolo todo y rompiendo la relación, lo importante es recordar que el amor, la comprensión y la comunicación deben ser más fuerte que una discusión.
Tendrás que hacer cosas que no te apetezca hacer, y a él también. El matrimonio significa compartir, y eso también incluye cederle el último paquete de galletas. Si pensabas que vivirías en un edificio de lujo, que tu marido traería tus zapatillas a la cama junto con el desayuno cada mañana, te equivocaste de sueño. Los dos tienen que poner de su parte.
Te sentirás atrapada un tiempo, mientras tienes niños. Cuando solamente están casados, sentirás que tienes el divorcio como vía de escape. Pero cuando tienes hijos puede que sientas que ya no hay “salida”, que tendrás que vivir con esa persona para siempre. Si estabas feliz con la idea de compartir vuestra vida antes de que llegaran los pañales, ¿por qué no te planteas lo mismo ahora?
Pero definitivamente vale la pena. Por mucho que seamos mujeres independientes y fuertes, nos gusta (por naturaleza) tener a nuestro lado a un hombre que nos comprenda y quiera. Y de eso tratan las relaciones al fin y al cabo.
Si al final del día, tú le eliges como el único hombre a tu lado y él te elige a ti, sí, estáis hechos el uno para el otro.