El sexo en la ducha es mucho más fácil de ver en las películas, que de llevar a la práctica. Generalmente se termina con frío, acalambrado y con un temor terrible a caerse y perder la conciencia.
Hay cosas que hacemos que por ningún motivo se nos podría ocurrir que están mal, aunque tal vez esa sea la razón por la cual no funciona tener sexo en la ducha ¡Pero no desistas!, te entregaremos algunos consejos prácticos para que puedas sentirte una amante profesional.
Elige bien la ducha
Por una parte esas duchas diminutas de medio metro cuadrado no son las indicadas para tener sexo; uno de los dos terminará irremediablemente sentado en el inodoro. Por otra parte, tenemos las tinas o medias tinas, ¡con esas si se puede! Sólo procura tener una alfombrita antideslizante para evitar futuras contusiones.
La posición
No puedes intentar hacer el misionero en la ducha, sería como pedirle peras al olmo. Confórmate con algunas posiciones, que aunque no alcanzan a rellenar el Kamasutra, te ayudarán a conseguir el placer que aspiras. Elige todas aquellas posturas en las que uno de los dos esté de pie, los nombres y maniobras los dejo a tu imaginación.
Alternativas
Si no tomas pastillas, no usas anillo, no te inyectas todos los meses o no usas parches anticonceptivos te recomiendo que busques alternativas, porque el látex de los condones pierde su eficacia si se moja. El sexo oral es una buena opción, más aún porque no podrías encontrar un lugar más limpio para intentarlo ¡Atrévete!
El jugueteo previo
Hagan que esas primeras caricias sean diferentes y novedosas, no te quedes con lo mismo que hacen en la cama, estás en otro ambiente y hay que imaginar. Juega con el jabón y llena su cuerpo de espuma, lávale la espalda o el cabello y siempre sé coqueta cuando lo hagas.
Comparte
¡No lo dejes morir de frío! Comparte el agua de la regadera, no quieres que termine como Jack en el Titanic, sabes que el agua alcanza para los dos. Por lo menos tomen turnos.
Vuelve a intentarlo. Tener relaciones en la ducha quizá no sea la mejor forma de ahorrar agua, pero sí es la manera más divertida de bañarse.
Fotografía: Dennis Wong