Según un estudio realizado por Benedetta Leuner y sus colegas del Instituto de Neurociencia de la Universidad de Princeton, se descubrió que cuanto más sexo se practique a la semana, más bajan los niveles de estrés.
Resulta que una experiencia sexual aislada tiende a aumentar los niveles de cortisol en el organismo, no así si se practica el sexo reiteradas veces en un día en un período aproximado de dos semanas. Si ese es el caso, la liberación de cortisol (hormona del estrés) aumenta considerablemente. Junto a esto se descubrió que también aumenta la neurogénesis (formación de nuevas neuronas) y el número de conexiones entre células nerviosas, además de reducir la ansiedad.
Los beneficios que ofrece el sexo son miles, porque además produce la liberación de dopamina, la hormona de la felicidad, ayudándonos a mantener un humor más elevado durante el día.