El hombre que logró enamorarte se ha ido. Terminó tu relación y sientes que todo va cuesta abajo. En primer lugar no desesperes, siempre hay formas de recuperar el amor que perdiste. Por ejemplo, una de las más importantes, es controlarte. No importa que tan dolida y triste estés, porque nada mejorará si te esfuerzas en quitar el espacio y el tiempo de tu ex. No lo llames cada dos minutos para pedirle que vuelvan, ni hagas que se entere por ti o por terceros lo mal que te encuentras por su ruptura.
Al igual que en la conquista, la indiferencia muchas veces es un arma poderosa. No lo hagas sentir más importante de lo que realmente es y con esto debes plantearte la pregunta de qué tanta falta puede hacerte, quizá sea mejor que se aleje un tiempo, quién sabe si eso te ayudará a recuperar tu libertad e independencia, sino llamadas esporádicas y desinteresadas captarán más su atención que la desesperación por estar en pareja.
Además debes intentar verte feliz frente a él. A puertas cerradas puedes ser un mar de lágrimas, pero no hagas que tu ex se entere, porque con esto dudará de la mujer fuerte que alguna vez conoció. No es necesario que finjas, puedes distraerte con tus amigas y buscar panoramas y actividades nuevas para hacer. Si él rompió con tu rutina, busca una nueva y el doble de interesante. Dejará de sentir que es lo más importante en tu vida y de alguna forma intentará recuperar protagonismo.
Por último relájate y mantén la calma. Cuando te toque ver a tu ex de nuevo no seas un caos, demuéstrale que tienes todo bajo control y mejor que nunca. Sé amable, sonríe y muéstrate despreocupada y libre, recuerda que si todo el tiempo estás rogando que vuelva contigo lo alejarás aún más.
Sigue estos consejos y si no resultan, ¡busca otro hombre! Hay tantos peces en el mar mejores que el que perdiste que no vale la pena preocuparse de más. Recuerda que cada término es un nuevo comienzo, agárrate de éste principio y conviértelo en tu mantra, de seguro te ayudará a levantar la cabeza y seguir digna hacia un nuevo camino.
