Problemas de salud frecuentes en mujeres jóvenes

problemas de salud comunes en mujeres jóvenes

Trabajos demandantes, relaciones sexuales, estrés, malos hábitos alimenticios y ansiedad son prácticas frecuentes en las mujeres jóvenes. Sin embargo, por muy acostumbrada que estés a estos hábitos, no significa que estén exentos de peligros. Aquí, aprenderás a qué te estás exponiendo con estas costumbres, qué podría pasar si no te cuidas y cómo prevenir daños más serios.

La juventud es una etapa maravillosa donde la mayoría de las mujeres están sanas y activas, lo malo, es que se sienten inmortales y con la falsa seguridad del “a mí no me va a pasar”.

No obstante, los estilos de vida dejan a muchas chicas expuestas a riesgos innecesarios desde el estrés laboral, pasando por desordenes alimenticios y, en el peor de los casos, contagiarse de una ETS como Sida por tener sexo sin protección.

Problemas de salud comunes en mujeres jóvenes

Estrés

Ansiedad extrema, cansancio severo o insomnio son sólo algunos de los síntomas que delatan que tu trabajo y estilo de vida te están pasando la cuenta.

Lamentablemente, muchas mujeres deben soportar la presión social de tener un trabajo exitoso, verse bien y tener una vida social envidiable, pero no hay quién resista con tanta presión. Prueba simplificar tu agenda, date tiempos para hacer lo que te gusta y respétalos y, aunque te cueste, desconéctate del trabajo apagando celulares y computador por lo menos dos horas al día.

Malos hábitos alimenticios

No necesariamente estamos hablando de bulimia o anorexia, pero es que el ritmo de vida actual provoca que muchas mujeres se alimenten mal, sin horarios, coman cualquier cosa y a la larga terminan con estreñimiento, bajas defensas y déficit nutricional.

Por si fuera poco, la presión por la esbeltez hace que caigan en hábitos como purgarse con laxantes o compensar las calorías del desayuno y el almuerzo por las que contienen los tragos del happy hour. Para prevenir, revisa qué tan preocupada estás de la comida, respeta horarios y lleva tu almuerzo y meriendas contigo para no caer en la tentación.

Despreocupación de anticonceptivos

Muchas mujeres solteras no tienen sexo con frecuencia y, por lo mismo, no llevan un cuidado anticonceptivo riguroso o de lleno no se cuidan. Esto, lógicamente, puede terminar en un embarazo no deseado que cambiará tu vida para siempre. Si has tenido sexo intermitentemente, cuídate con un método anticonceptivo siempre ya sea hormonal o no. Si no te acomoda el que estás usando no lo dejes, habla con tu doctor para encontrar el más adecuado para ti, podrás elegir entre el preservativo, pastillas, inyecciones, dispositivo intrauterino, el anillo mensual, entre otros.

Enfermedades de transmisión sexual

Son la epidemia del último siglo y, por mucho que te cuides de un embarazo no deseado, eso no te deja libre de contraer enfermedades como SIDA, herpes, sífilis, gonorrea, clamidia o el virus del papiloma humano que desencadena el cáncer cérvico uterino.  Para prevenir, acude regularmente a tu ginecólogo para practicarte el Papanicolaou y el examen del Sida, pídele a tu pareja que también lo haga; y, si decides tener sexo casual (oral, vaginal o anal) usa siempre condón.

Depresión

Cuando sales de la universidad y no encuentras trabajo, no logras independizarte, tus relaciones afectivas aún no se estabilizan o cualquier situación que enfrentes en esta etapa, te hace propensa a sufrir algún trastorno emocional.

Es una época de incertidumbre que, en muchas ocasiones, puede generar algún grado de depresión. Si sientes una tristeza constante y sin motivo aparente, faltas a la universidad o al trabajo, te alejas de tu círculo de amigos, tienes cambios en tus hábitos alimenticios o para concentrarte, consulta a un especialista.

Recuerda que lo que hagas o dejes de hacer afecta tanto a tu cuerpo como a tu mente. Elige pensar positivo y respetar tu cuerpo. Con precaución, disfrutarás más tranquila de la vida y te sentirás mucho más contenta. Está en ti protegerte.

Publicidad