¿alguna vez te han roto el corazón? no dejes de leer esta historia que de seguro te ayudara a superara el dolor del engaño y te enseñara una valiosa lección.
LA PRINCESA Y EL CASTILLO DE LOS SUEÑOS…
Era dulce como un panal de miel, su sonrisa apocaba la luz del sol y su inocencia hacia ver oscura al agua más cristalina, así era esperanza, una princesa nacida en medio de una nube de amor. Esperanza tenía el poder de crear cosas con su imaginación, con solo pensar lo que deseaba todo se materializaba, un día esperanza construyo un castillo lleno de sueños, pintado de color rosa, rodeado de un jardín lleno de flores de diversos colores, era un castillo lleno de ilusión y en el centro del castillo estaba su corazón, su corazón que alegre cantaba, su corazón que libremente se paseaba, por ese castillo de sueños, en aquel castillo nunca anochecía, siempre brillaba la luz de la fe. Un día esperanza mientras caminaba por un jardín a las afueras del castillo conoció a un príncipe, inmediatamente el capturo su atención, era hermoso, parecía caballero y tuvo la habilidad de robarle una sonrisa. Después de conversar un rato sin remedio esperanza se había enamorado, sus ojos brillaban al mirar a su príncipe a amado, llena de confianza invito al príncipe a su castillo de sueños, le mostro todas las habitaciones llenas de ilusiones y finalmente lo llevo al centro donde estaba su corazón, ella estaba enamorada, así que sin temor y llena de ilusión le permitió a él tomar su corazón entre sus manos, pero esperanza no sabía que aquel príncipe no era lo que aparentaba, él aun no sabía valorar las cosas importantes, aun no era lo suficientemente maduro para comprender la delicadeza del precioso corazón que tenía entre sus manos, así que aquel inmaduro príncipe comenzó a jugar con el corazón de esperanza, y a medida que jugaba con él con más rudeza aquel tierno corazón era lastimado, y el castillo de sueños poco a poco era derribado, pues el poder de esperanza para construir cosas provenía de su corazón, y al ser este herido las cosas que había creado eran destruidas. Finalmente cuando se cansó de jugar le devolvió a esperanza un corazón destruido y un castillo de sueños arruinado, vacío de ilusiones, las flores se habían marchitado, había llegado la noche porque la luz de la fe se había apagado, esperanza al ver toda la ruina y dolor que le había causado aquel a quien había entregado su corazón prometió nunca volver a confiar su corazón a mas nadie, así que uso su poder no para construir un nuevo castillo de sueños sino una gran fortaleza, con muros muy altos, en lugar de jardines de flores habían rocas y sequía, esperanza oculto su corazón en una habitación bien resguardada. Ella, debes en cuando salía de su fortaleza y conocía a algunas personas, pero tenía temor de invitarlas a entrar, ella no quería que descubrieran su vulnerable corazón herido, se volvió desconfiada, y cuidadosa, solía mostrar solo algunos aspectos de su fortaleza, pero solo a muy pocas personas dejaba entrar, solamente algunos familiares y amigos cercanos sabían quién en realidad era ella, y la amaban. Pero esperanza a ningún príncipe quería mostrarle su corazón y volver a entregarlo, temía que volvieran a hacerle lo mismo, sentía que todos eran iguales y que volverían a lastimarla.
Esperanza había oído siempre hablar de un Rey sabio que era todo un caballero, y que tenía el poder de cambiarlo todo, de sanar las más profundas heridas y de llenarlo todo de amor con su sola presencia, ella quiso no solo oír hablar de él sino conocerlo. Así que después de mucho buscarlo tuvo un encuentro con él, fue la experiencia más hermosa que había tenido en su vida, pues antes solo de oídas lo había conocido pero ahora sus ojos lo veían, y lo invito a su fortaleza, aquel Rey con su sola presencia hizo que en aquel lugar volviera a brillar la luz de la fe, al pasearse por la fortaleza hizo revivir el jardín de flores, y fue llenando cada habitación de ilusión y amor, esperanza se llenó de confianza y lo llevo a la habitación resguardada y le mostro su cazón, él quiso tomarlo entre sus manos, pero ella de eso tuvo miedo, sabía que él era bueno, que el jamás la lastimaría, pero no quería que el tocara las heridas que estaban en el abiertas y aun dolían, el sonrió y le dijo: –no tengas miedo déjame sanar tu corazón, ya me has dejado entrar, me has permitido, llenar este lugar de fe y de vida, ahora no temas confía en mí y permíteme sanar tus heridas, ella aunque un poco temerosa puso su corazón en sus manos, él lo tomo con delicadeza y poco a poco lo fue sanando, a medida que su corazón sanaba los muros de su fortaleza caían, ella gritaba, -¿pero qué haces?, dejaras a mi corazón de nuevo vulnerable, él le dijo: –confía en mí y no temas yo seré los muros de tu fortaleza, yo seré tu habitación escondida, quien quiera tocar corazón tendrá que venir a mi primero, porque ahora él está en mis manos y yo cuidare de él y no dejare que lo toque quien quiera lastimarte. No necesitas los muros, no necesitas una apariencia de fuerza, ahora yo soy tu castillo, ahora yo soy tu fortaleza, deja tus corazón en mis manos, no lo entregues a cualquiera, los acerquen a ti sabrán que él es mío, y que si quieren entrar en el tendrán que conocerme a mí primero, no pongas tu confianza en tus muros, pon tu confianza en mi amor, ser vulnerable no está mal, así te cree para mi yo seré tu fuerza y mis palabras serán las flores en tu jardín, mi presencia llenara siempre de luz tu vida, princesa hermosa no temas, de dejarlo todo en mis manos, habías oído de mí y no sabías que desde hace mucho te he amado, que fui yo quien creo tu corazón, y quien te dio la habilidad de construir grandes castillos de sueños, que nadie robe tu sonrisa, que nada apague tu ilusión, conserva el brillo de tus ojos y tu tierno corazón, y aunque vengan las tormentas, nunca dejes de soñar, levanta el rostro y alza el vuelo te he creado para conquistar. Ella ante todo esto callo de rodillas y postrada pregunto: -¿cómo sabré quien es el indicado?, ¿Cómo saber a quién debo permitir que toque mi corazón?, el rey paciente respondió: –Ven a mi primero y pregúntame, pues será aquel cuyo corazón también este en mis manos.
Autora: Andry Granda