Experto en innovación y emprendimiento asegura que todos pueden llegar a ser emprendedores con éxito, pero que hay que desarrollar habilidades específicas, redes colaborativas y seguir una serie de puntos para lograrlo. Conoce cuáles son.
Ser su propio jefe es el sueño de muchos, pero pocos se atreven a lanzarse con algún emprendimiento. ¿Por qué? Mientras unos no se creen capaces o no tienen las condiciones para hacerlo, otros simplemente no saben cómo crear una empresa rentable y novedosa.
Según la Cuarta Encuesta de Microemprendimiento (EME), realizada en conjunto por el Ministerio de Economía y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en 2015, en Chile hay 1.865.860 emprendedores, de los cuales el 97,3% son microempresarios. De ellos, el 51,3% no formaliza su negocio, es decir, no inicia actividades ni paga impuestos, dado sus bajos niveles de ingresos y posibilidades de crecer; un 21,3% tiene instalaciones u oficinas fuera de su vivienda; un 74,4% son empresas unipersonales; un 24,9% cuenta con un cliente que concentra el 50% o más de las venta, lo que se traduce en un riesgo comercial; y un 26,9% menciona la falta de financiamiento como uno de los impedimentos para hacer crecer su negocio.
Dicho eso, ¿es verdad que todos podemos emprender y crear una empresa? “Cualquier persona puede convertirse en un emprendedor o emprendedora, tras un trabajo en equipo y en redes, organizado y sistemático. Un atributo cada vez más presente en el perfil del emprendedor chileno es que es capaz de percibir una oportunidad de negocio, buscar todas las opciones y realizar el máximo número de tareas para llevarla a cabo. Este emprendedor, toda vez que logra establecer redes o sociedades estratégicas que le permitan sacar adelante solventemente la operación del negocio, tiende a forjar un fuerte pensamiento positivo y aunque cometa errores no se rinde fácilmente, sino que aprovecha esas equivocaciones para mejorar sus acciones”, indica Juan Carlo Medina, coordinador académico de Ingeniería Comercial de la Universidad del Pacífico.
Emprender no es tarea fácil, ya que se requiere rigurosidad en la planificación y organización de los deberes del negocio para cumplir con los clientes sin problemas. Sin embargo, aunque no todos tengan esas habilidades de manera innata, se pueden desarrollar con convencimiento y persistencia para lograr el éxito con la empresa propia, aunque en el inicio las ganancias no sean las esperadas.
“Todos podemos llegar a emprender competitivamente. Es posible mejorar las habilidades emprendedoras, comprendiendo que es necesario desarrollar capacidades específicas, como planificar, liderar equipos, acceder a mercados e insumos, de orientar el trabajo a resultados que impacten la diferencia entre el punto de partida y el punto de llegada del éxito, aunque sea en pequeña escala. Tener un socio clave también es muy importante, ya que éste nos apoya justo donde somos más débiles, ya sea en recursos, conocimientos, carteras de clientes, etc.”, complementa Medina, quien además es coordinador de Innovación y Emprendimiento de Master Profe, un programa de innovación educacional.
Para los que quieren emprender y no saben cómo hacerlo, el docente de Ingeniería Comercial de la Universidad del Pacífico especifica los siete pasos que debes dar en el camino hacia un emprendimiento exitoso:
- Observación: Observa detenidamente tu entorno y el de los demás, siendo empático con los problemas y necesidades que tienen los consumidores, usuarios o clientes, según la naturaleza del negocio que quieres instalar. No cometas el error de poner tu mirada u opinión personal por sobre todo lo demás, ya que eso es justamente lo que diferencia y potencia la propuesta de valor a generar en los modelos de negocios.
- Investigación: Una vez identificada la oportunidad de un potencial buen negocio, es importante iniciar el proceso de investigación de todo lo que rodea el emprendimiento que se busca llevar a cabo y, así, tener claridad del problema o necesidad a resolver y de todo lo que se va a hacer. Identifica a tus competidores, cuáles son sus precios, dónde están ubicados, qué productos o servicios comparten contigo, lo mismo en relación al segmento de clientes a atender, proveedores y socios claves, entre otros aspectos. Todo esto se hace para tenerlo en cuenta en el momento de perfilar y proteger la idea.
- Proceso Creativo Inicial: Identifica todos los factores iniciales, tangibles e intagibles del negocio, que permitan llevar a la práctica los puntos anteriores, buscando romper moldes con originalidad y visión de futuro, como nombre del emprendimiento, lugar de instalación si es necesario, las personas y recursos clave que necesitas para llevar a cabo la idea, la línea de productos o servicios a empaquetar y comercializar, el trato con los clientes e incluso la fecha de partida del negocio. Antes de continuar, verifica si el diseño de negocio satisface lo esencial, es decir, la necesidad observada en el inicio. Si no lo hace, haz las correcciones pertinentes.
- Desarrollo de Propuesta de Negocios: Realiza un FODA, es decir, identifica fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas de la propuesta, con el fin de evitar futuros problemas y pérdidas económicas, y clarificar los aspectos a robustecer y explotar para la obtención de ingresos. Es aquí donde se analizarán costos fijos y variables, inversión, proveedores, distribución, precio y actividades claves a realizar para entregar valor al segmento de clientes target, de preferencia realizando un flujo de caja y planificando el retorno de lo invertido. Utiliza la metodología de lienzo Canvas para estructurar de manera simple y rápida el modelo de negocio.
- Formación de Equipo de Trabajo: Comprende que no puedes hacerlo todo tú solo y asumir todos los riesgos. Una persona que quiere instalar un restaurante y pretende comprar las materias primas e insumos como cocinar, atender y cobrar, es alguien a quien seguramente no le irá bien. Por eso, primero identifica cuál es tú rol dentro de la empresa. Siguiendo con el ejemplo, si eres el administrador, lo más probable es que necesites el chef, los maestros de cocina, los meseros, un cajero, proveedores con insumos de calidad, un socio en la cadena logística y de relación con clientes, y un inversionista con experiencia en administración de negocios gastronómicos como mínimo, sin considerar servicios contables para el correcto orden tributario exigido por la ley.
En el ecosistema del emprendimiento chileno existen actualmente varias alternativas de apoyo o socios clave que pueden aportar financiamiento, experiencia y conocimientos, como por ejemplo las redes de capitales ángeles, CORFO, Start-Up Chile, Sercotec, incubadoras de empresas, empresas de crowdfunding, etc.
- Implementación del Modelo de Negocios y Comercialización: Da inicio a la venta del producto o servicio diseñado con éxito, considerando procesos contables y financieros, con el fin de ir midiendo los resultados obtenidos. Es importante saber cuándo comenzará tu negocio a ser rentable (Punto de Equilibrio) y en qué momento recuperarás la inversión total. En este paso además se considera la formación de la cartera de clientes, identificando a aquellos que son más fieles en cantidad, calidad y frecuencia de compras, así como también evalúa el desempeño de los proveedores.
- Crecimiento: Una vez lograda la recuperación de la inversión, la obtención de una estructura definida y rentable, un incremento sostenido en el tiempo de las ventas, la identificación de la existencia de mercado u oportunidad de un nuevo negocio, entonces estarás en el momento de crecer. Puede ser la integración de nuevos productos o servicios, o la apertura de una sucursal o nuevos puntos de venta, así como también ingresar a mercados extranjeros que te permitan expandir tu negocio a nuevos clientes o nuevos mercados. Para emprender exitosamente es vital incluir y desarrollar tu red de socios claves en tu modelo de negocio.