Ayunos, autolesiones, dietas, rechazos y sueños de perfección… Esta adolescente ha escrito un libro en el que relata cómo superó su enfermedad
Pasó por siete psicólogos antes de llegar al que la salvó, cinco psiquiatras antes de llegar al que acertó con su medicación, y por infinitos momentos en los que se habría tirado desde el tejado antes de seguir buscando una mano amiga que nunca llegaba. El tormento para Belén Olías se desencadenó a la tierna edad de los 13 años, con un sencillo comentario de «vaya, estás más rellenita», escuchado en un mal momento en boca de la persona «menos oportuna». Pero antes, a los 8, ella ya recuerda cómo se dormía «llorando y pidiendo morirme porque no quería ir al colegio». Ahora tiene veinte años, quiere estudiar Psicología, y acaba de publicar «Clara ante el espejo», una especie de diario en el que relata cómo superó su enfermedad.
—¿Qué piensa de las webs pro-Ana, donde se fomenta la anorexia, y al alcance de cualquiera?
—Las tenía de favoritos en mi móvil. Cerrarlas estaría bien, porque lo pones más difícil. Es importantísimo educar a las familias, a los profesores y a las propias niñas,prevenirles sobre la enfermedad y los graves riesgos que conlleva.
—Ahora ofrece charlas en los colegios. ¿Qué es lo que explica a los estudiantes que le escuchan?
—Doy charlas porque creo que escuchar mi historia personal las acerca un poco a la realidad. Pienso que si no lo ven de cerca, no se lo creen. Sucede lo mismo que con las campañas de tráfico , o de drogas. Piensas que es muy triste, pero que a ti no te va a pasar. Con lo que les cuento quiero que tengan miedo.
—Después de las dietas hipocalóricas (llegó a consumir 400 calorías al día), llegaron las autolesiones. ¿Qué le dicen sus cicatrices?
—No puedo cambiar el pasado pero si aprender de él. Se las enseño a quien tiene riesgo de caer. Cuanto más se asusten mejor. Si a mi alguien me las hubiera enseñado, quizás me habría hecho meditar en lo que podría haber sucedido. No tuve la oportunidad. Quería, pero no sabía cómo encontrar ayuda.
—Si llega el momento en que se conviertes en madre, ¿qué le vas a decir a tus hijos?
—Esto es algo que pienso muchísimo. Creo que trabajaré la autoestima de mis hijos desde que sean pequeños, recordándoles que valen por lo que son, no por el envoltorio que llevan fuera.
—Acaba de tener lugar la pasarela de Mercedes Fashion Week Madrid 2016. ¿Qué opinión tiene de la imagen de las modelos que se ven en la actualidad?
—Cuando lo veo me pregunto… ¿Qué necesidad hay de poner ahí arriba a chicas que comen papel para no tener hambre? Eso no es moda ni belleza, eso es matar gente. Creo que el día en que una marca ponga encima de la pasarela a gente normal, con tallas normales con las que se pueda indentificar, triunfará. Pero de momento, no es así. Desde que encendemos la televisión, abrimos una revista o vamos a comprar ropa, somos bombardeados con la idea de que la imagen es igual al éxito, y eso es absurdo, además de hacer mucho daño. Cada tienda tiene un tallaje distinto, e insanos maniquíes que exponen la ropa que nos vamos a comprar. Las revistas están pobladas de fotografías de modelos retocadas que hacen creer al que las mira que es posible tener un cuerpo así, cuando la realidad es que muchos están modificados por ordenador. A esto hay que sumarle el bombardeo de anuncios y reportajes sobre productos y dietas absurdas que incitan a sustituir una comida saludable por un trozo de plástico con forma de barrita de cereales. Cuando eres adolescente eres más influenciable, y por tanto, esto supone que hay muchas chicas jóvenes indefensas expuestas a caer en la enfermedad.
Fuente: abc.es