Una tradición irlandesa, que se ha expandido por el mundo, insta a las mujeres a pedir matrimonio a sus parejas un 29 de febrero. Una psicóloga analiza las bases de este ‘permiso social’ de los años bisiestos y entrega tips para las que se atreven a hacerlo.
En el siglo V, las mujeres estaban cansadas de esperar eternamente a que sus parejas les pidieran matrimonio. Por eso, Santa Brígida se quejó con San Patricio, quien originó la tradición que dice que las mujeres pueden pedir matrimonio el 29 de febrero. Desde allí, cada cuatro años está ‘permitido’ que sean las féminas las que se arrodillen y les pidan la mano a los hombres.
La tradición irlandesa sigue presente hasta nuestros días y se ha extendido por todo el mundo. En países como Dinamarca, Finlandia e Inglaterra es una festividad muy reconocida. La costumbre dice que si el hombre rechaza la solicitud debe regalarle como compensación a su pareja suficiente tela para confeccionar una falda o darle guantes.
¿Hay una concepción machista detrás de la tradición? “Sí. Hay un tema de género de larga data. En el imaginario social hay ciertas ideas y preconcepciones respecto de cómo debiesen ser y comportarse los hombres y las mujeres. Desde esa perspectiva se le asignan características a la mujer como la pasividad, espera, acogida y calidez, mientras se supone que el hombre es el fuerte, el activo, resolutivo y poderoso. Con este pensamiento, una preconcepción errónea, se asignan ciertas tareas, funciones y posibilidades de actuar. Dentro de eso, se asume que los que piden matrimonio son los hombres. Cuando se establece esta costumbre o ‘permiso social’ sigue siendo desde una mirada de género machista y patriarcal, donde a las mujeres se les permite tener cada cuatro años este comportamiento considerado como anómalo”, explica Carmen Gutiérrez, Directora de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico.
Aunque la tradición comenzó en el siglo V, en el 2016 ésta aún continúa con gran éxito en un mundo donde se dice que las mujeres están más empoderadas que antes. “Por más que tenga un elemento divertido o distinto, la costumbre sigue estando dentro de la lógica del sometimiento de un género respecto a otro, donde uno (masculino) le da el permiso al otro (femenino) para que haga algo que normalmente no hace. Es decir, una mujer empoderada lo está dentro de un marco mayor que está dado por una cultura machista”, explica la psicóloga.
La posibilidad de pedir matrimonio no debería ser exclusiva del género masculino, y por ello una mujer empoderada podría hacerlo sin problemas si lo desea, en cualquier día del año. “Una mujer empoderada podría plantearse la pregunta de si quiere que le pidan matrimonio o prefiere pedirlo ella. Abrirse a esa posibilidad como algo que ella puede permitirse representa a una mujer que ya no está tanto en la cultura machista”, destaca la experta.
Tips para las mujeres que quieren pedir matrimonio
Si te entusiasmaste y quieres pedirle matrimonio a tu pareja, la Directora de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico, Carmen Gutiérrez, entrega interesantes recomendaciones:
– Estar clara y decidida sobre si quieres ser tú la que pida matrimonio. Es importante que revises cuáles son las principales razones por las que quieres hacerlo. Es distinto pedirlo porque estás enamorada, a proponerlo por pensar que él no lo hará nunca.
– Estar decidida que ésa es la persona con la que te quieres casar. Contraer matrimonio significa que la relación está en un gran nivel de madurez y que pueden desarrollar un plan de pareja juntos. Y además, que esa persona tiene características que te hacen desear casarte con él.
– Ser consciente de que puedes ser rechazada. De la propuesta de matrimonio surgen varias preguntas sobre la pareja, que muchas veces llevan a replantearse la relación. Si preguntas debes estar consciente de que pueden rechazarte o pedir un tiempo para pensarlo.