Somos el producto de todas las experiencias que hemos vivido – las buenas, las malas y las horribles. Al acumular demasiadas experiencias, algunas nos sirven para seguir adelante y otras nos atrasan estancándonos.
La mayoría de la gente trata de suprimir o ignorar las malas vivencias. Sin embargo, lo que no saben es que suprimirlas, puede dejarnos más vulnerables a los sentimientos que éstas mismas provocan, acumulándose más y más hasta que el peso emocional que tenemos que cargar es insoportable.
¿Te has sentido así? ¿Has tenido reacciones exageradas ante algo o alguien porque el peso de tu carga emocional es demasiada? Existe una manera súper sencilla para evitar esto.
Tienes que asegurarte de ir desempacando esa carga emocional conforme vas avanzando en la vida. Sí, las experiencias son nuestra historia de vida y pueden definir algunas cosas, pero no nos definen como personas y no determinan el curso de nuestro destino.
Tienes que crear tiempo y espacio para procesar, sentir, aliviar y superar esas malas experiencias que te están limitando para poder alcanzar todo lo que deseas.
¡Aquí te decimos cómo!
1. Pasa tiempo contigo
Distraerte del trabajo y de todas las personas que te rodean diario es el primer paso para encontrar la paz. Debes darte tiempo, busca un espacio donde puedas consentirte y pensar sobre lo que sucedió y dejarlo ir.
¡Ni se te ocurra tener tu celular cerca cuando lo hagas!
2. Date permiso de ser vulnerable
Ser vulnerable no es símbolo de debilidad ni de falla. Esta parte es esencial para poder dejar pasar toda la mala vibra. Ser vulnerable te mantiene en equilibrio y te ayuda a encontrar la paz emocional.
3. Haz lo que amas
Experimenta todos los días como si fueran los últimos. Sabemos que se escucha súper trillado, pero trata de hacer algo que ames todos los días.
Encuentra actividades que te relajen y te distraigan. De preferencia que sean hobbies donde estés tú sola y puedas reflexionar.
4. Pon atención a las cosas bellas alrededor
Practica la gratitud y siempre ten en mente lo lejos que has llegado. Date permiso para trabajar en el proceso de alcanzar tus sueños y metas, y nunca olvides que no siempre tienes que tener todo a la perfección.
Hay que ser realistas y todos los procesos son diferentes entre sí – algunos duran más que otros, unos requieren de métodos nuevos que nunca habías intentado. ¡No te desesperes!
5. No es la meta, es el camino
En lugar de pensar en las cosas negativas, recuerda todas las metas que has alcanzado y lo lejos que has llegado.
Disfruta todo el proceso para alcanzar tus metas, esto es lo más divertido y enriquecedor.
Fuente: cosmoenespanol.com