Ayer la imagen de una lechuga etiquetada como alta en grasas y en calorías se viralizó en las redes sociales. Más allá de este error o mala broma, lo cierto es que el nuevo etiquetado tiene una gran misión: bajar la alarmante cifra de obesidad que existe en Chile, enfermedad que afecta a un 64,5% de la población. Un nutricionista explica cómo ayuda esta nueva legislación y si realmente los hábitos alimenticios se pueden cambiar con este tipo de advertencia.
Las cifras hablan por sí solas: Chile ocupa el primer puesto en Latinoamérica en obesidad infantil y el sexto lugar a nivel planetario. Según un estudio publicado este año por el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), el 70% de los niños va a ser obeso a corto plazo. Para resolver este grave problema, una de las medidas más polémicas que se han tomado es la nueva Ley de Etiquetados de Alimentos que comienza a regir en los próximos días.
Con los octágonos de color negro en la parte más visible de cada producto envasado, que indican si los alimentos presentan altos índices de calorías, azúcares, grasas y sodio, el ministerio de Salud busca disminuir los índices de sobrepeso y obesidad en el país, que según la última Encuesta Nacional de Saludafectaría a un 64,5% de la población. ¿Podrá efectivamente el nuevo etiquetado bajar las tasas de obesidad?
“El sobrepeso y la obesidad son causados justamente por el alto consumo de alimentos ricos en calorías, azúcares, grasas y sodio. El nuevo etiquetado nutricional busca orientar a los consumidores para que puedan elegir los alimentos menos dañinos para su salud, además de desincentivar el consumo de productos que presenten alto contenido de nutrientes críticos perjudiciales. Si la gente toma conciencia de esto y comienza a consumir productos que no presenten estos descriptores o bien consumen las porciones adecuadas para sus necesidades, las tasas de obesidad y sobrepeso pueden disminuir”, asegura Edmundo Rodríguez, docente de Nutrición y Dietética de la Universidad del Pacífico.
Si bien es cierto la información nutricional de cada alimento ha estado siempre disponible en el pequeño recuadro al reverso de los envases, ahora las estadísticas estarán mucho más presentes y claras para el consumidor. “La importancia de estos descriptores es para tener en cuenta cuáles de los alimentos consumidos en exceso pueden generar problemas de salud en adultos y niños. El etiquetado apunta a informar en forma clara y fácil a los consumidores de productos envasados sobre el contenido de los nutrientes que causan efectos dañinos como el sobrepeso y la obesidad, además de enfermedades crónicas como la hipertensión arterial, diabetes y colesterol alto, los cuales a largo plazo son el principal causante de problemas cardiacos y renales”, advierte el nutricionista.
Según el académico de la U. del Pacífico, aunque las etiquetas ayudarán a las personas a elegir el producto más sano, las costumbres y hábitos alimenticios no cambian de un día para otro. “El cambio de los hábitos alimenticios es gradual,ya que las personas deben ser educadas por especialistas como nutricionistas, en cómo y cuántas veces consumir ciertos alimentos. Además, debe existir una buena disposición y compromiso de parte de las personas para modificar sus hábitos en el consumo de alimentos”, indica Rodríguez.
Sólo productos sanos en quioscos escolares
No más sopaipillas, completos, queques, dulces ni bebidas gaseosas en el recreo. La nueva Ley 20.606 sobre la Composición Nutricional y su Publicidad prohíbe la venta de productos altos en nutrientes críticos en los quioscos de los colegios. Así, los productos que tengan una o más de las cuatro etiquetas de ‘Alto en’ no podrán ser comercializadas en los pequeños negocios de establecimientos educacionales, los cuales sólo podrán vender alimentos sanos, como frutas, agua, jugos sin azúcar, huevos duros, ensaladas y leches descremadas sin azúcar adicional, entre otros.
¿Esta nueva medida bajará los niveles de obesidad en la población infantil?“Actualmente muchos padres prefieren enviar dinero a sus hijos para que compren su colación, por lo que el niño no siempre elige el mejor alimento para su consumo.El no poder vender alimentos con los descriptores ‘Altos en…’ en quioscos escolares obligará a tener productos más saludables a disposición de los niños, lo cual les puede ampliar su perspectiva en los alimentos que pueden consumir. No obstante a lo anterior, si los padres siguen enviado alimentos con los descriptores señalados en las colaciones de sus niños, no se generará este cambio positivo. Los padres juegan un papel fundamental en el cuidado de la salud de sus hijos”, afirma Edmundo Rodríguez, docente de Nutrición y Dietética de la Universidad del Pacífico.
Es importante recordar que la obesidad trae consigo otras enfermedades aún más graves, por lo que es necesario tomar consciencia de la gravedad del desorden alimenticio presente en el país. “Enfermedades que antes eran casi exclusivas de adultos, como la diabetes mellitus II, dislipidemias e hipertensión arterial, ahora se están presentado en un número importante de la población infantil debido a la mala selección de alimentos que existe por parte de los padres”, advierte el nutricionista.