La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, nos acompaña toda la vida a pesar de que se renueva día a día. Por eso es que debemos poner especial cuidado en cómo la tratamos, tener ojo con las cremas y las zonas más sensibles (manos, pecho y brazos), que son más propensas a desarrollar signos visibles de envejecimiento.
1. Hidrata
La piel hidratada no sólo se ve linda (brillante y saludable), sino que es más fuerte, más resistente, y está “mejor equipada” para defenderse de la irritación. Las cremas hidratantes tienen dos componentes muy importantes para la piel: humectantes, como la glicerina y el ácido hialurónico, que atrae el agua del aire hacia la piel, y emolientes, como aceite mineral y la dimeticona, que fortalece la barrera de lípidos, manteniendo la humedad.
2. Irritación
Enrojecimiento, malestar y picazón se produce algunas veces porque la barrera de lípidos se ha roto, lo que puede permitir que pasen agentes irritantes, produciendo inflamación. Para prevenirlo, usa lociones sin fragancias, que contengan niacinamida, un derivado de la vitamina B3 que protege y fortalece la piel. Para calmar la piel rápidamente, aplica compresas frías en los lugares enrojecidos, que evitan el enrojecimiento de la superficie de la piel.
3. Come inteligente
Tu dieta no sólo afecta a tu cintura, sino que también puede salvar tu piel: el polifenol EGCG que se encuentra en el té verde no sólo protege el colágeno, sino que podría ayudar a prevenir el cáncer de piel. Los arándanos tienen antioxidantes que protegen a las células por dentro y por fuera. Finalmente, la espinaca contiene luteína antioxidante, que ayuda a preservar la visión (mientras menos entrecierras los ojos para ver, menos arrugas se forman).
4. Duerme
Mientras duermes tu cuerpo libera hormonas que impulsan la renovación celular, aprovecha este momento y aplícate activos anti edad, como el ácido hidroxi-beta y los retinoides, ambos potentes exfoliadores y borradores de arrugas.
5. Exfóliala
Mantener la piel muerta sobre la nueva, hace que no pueda respirar bien y por tanto la renovación se hace más lenta. Puedes mantener tu piel más suave y luminosa con una simple exfoliación semanal. Usa un exfoliante como gel de baño con pelotitas suaves, una esponja, guanta de crin o una afeitadora (¡cuando te afeites las piernas por supuesto!), que ayudan a desechar las células muertas, mientras que los alfa o beta hidroxi ácidos disuelven los vínculos entre las células, de modo que las antiguas células son fáciles de botar, revelando piel suave y brillante.
6. Tonifica
La edad y el sol hacen que la piel pierda tonicidad y elasticidad, pero luchar contra eso es cada vez más fácil. Investigaciones recientes muestran que mantener una piel fuerte y humectada ayudará a prevenir la degradación del colágeno de la piel y la infraestructura de la elastina.
7. Empareja
No descuides la piel del cuello para abajo: manchas marrones en el pecho y en el dorso de las manos son las banderas rojas de la vejez, así como cuando aparecen en la cara. Haz que desaparezcan con productos que contengan melanina, reducción de niacinamida, la glucosamina y la vitamina C, o visita a tu dermatólogo para hacerte un tratamiento de fotorrejuveneciomiento (IPL), que puede acabar con la hiperactividad de los melanocitos, las células productoras de pigmento en la piel.