Los hombres pueden tener un orgasmo mucho más rápido que las mujeres; eso, a veces puede causar insatisfacción en ellas. Si es tu caso ¡no te preocupes! porque, aunque no lo creas, se pueden sincronizar los ritmos y conseguir que el no llegue primero que tú al orgasmo.
Besos: mejora tus tiempos haciendo de los besos algo lento e intenso, primero sólo con los labios y poco a poco van incluyendo las lenguas. También, aprovecha las terminaciones nerviosas en de tu cuello y corre tu pelo a un lado para que tu pareja bese esa zona. Exprésale con gemidos cuánto te gusta.
Juegos previos: para asegurarte llegar al orgasmo, hagan juegos que estimulen la zona más sensible de la mujer en temas sexuales: el clítoris. Si te molesta la fricción, utiliza un poco de lubricante y guíalo en los movimientos. Una estimulación circular y en aumento resultará muy efectiva. En caso que tú toques sus zonas erógenas, hazlo suavemente y en la base del pene donde no es tan sensible para evitar que se vaya antes que tú.
Sexo oral: mientras estimula con su lengua tu clítoris, pídele que introduzca su dedo índice y medio en tu vagina para que con ellos estimule las paredes de tu vagina en busca del Punto G. Esto, ayudará a que estés más lubricada al momento de la acción y te será más fácil alcanzar ese anhelado orgasmo.
En la acción: ubícate arriba de él para, de esa manera, asegurarte que serás tú la que controles la velocidad y la intensidad de la penetración. Además, ese ángulo es muy beneficioso para la mujer pues al inclinarse hacia adelante, el clítoris rozará con el abdomen y recibirás mayor estimulación.
Fantasea: las mujeres necesitamos estimulación mental, por lo mismo, concéntrate en tus seños eróticos más íntimos mientras vas camino al orgasmo. Piensa en escenas de películas o en una fantasía que te haga explotar tu sensualidad. Así, tu mente y cuerpo te harán llegar antes o al mismo tiempo que tu pareja al orgasmo y, de seguro, será una sesión de sexo que ninguno de los dos olvidará.